Año 1992. Día 23 de agosto. El lugar, el estudio del programa «A eso de» de Megavisión. Ricardo Claro, propietario del canal, saca de un bolso negro una radio de la marca Kioto y la pone sobre la mesa. «He recibido una información bastante grave, en el sentido de que la independencia de este programa, puede aparecer amenazada», comentó diciendo el empresario frente al panel y a los espectadores.
Así comienza uno de los episodios más polémicos en la vida política de Chile post dictadura. En él se destapó un caso de espionaje telefónico que involucró al actual presidente Sebastián Piñera y a la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei.
Un día como hoy pero hace 26 años todos los medios ponían en portada el momento en que Claro expuso la conversación telefónica que sostuvo el por entonces senador y precandidato de la presidencia, Piñera, con su amigo Pedro Pablo Díaz, en la que le da consejos y recomendaciones para hacerle un encerrona que deje mal parada a la también por esos años aspirante a candidata a La Moneda.
Todo quedó develado cuando el accionista del canal en pleno programa transmitió la grabación completa que le costó la pre candidatura a la propia Matthei ya que al poco tiempo se reveló que el Ejército y ella estaban detrás de la escucha telefónica conocida como el «Piñeragate».