A las 23:15 el alcalde de Talca, Juan Carlos Díaz (RN), abrirá las puertas del Cementerio del municipio luego de la tradicional liturgia que se ofrecerá en el frontis del recinto, que se prepara para acoger a más de 3.000 personas en la tradicional celebración de Año Nuevo.
La curiosa tradición se remonta a 1979, cuando los hijos de Julio Opazo Silva, un antiguo funcionario del camposanto, escalaron por primera vez los muros del recinto para estar con su padre, fallecido ese año. Dos décadas más tarde, en 1998, se oficializó por parte del municipio talquino. El ritual consiste en iluminar las tumbas con velas, adornarlas con flores destapar espumantes, lanzar cotillón, bailar y brindar en recuerdo de los difuntos.
En otras ciudades de Chile, como Iquique y Valparaíso, también reciben el nuevo año desde el cementerio, pero en ninguna localidad se ha masificado tanto como en Talca.
El año 2013, luego de una encuesta en internet, los cibernautas la eligieron como la tradición más rara del mundo, y esta noche celebrará su version trigesimonovena.