El pasado 2 de enero comenzó el juicio contra Cristián Rivera Silva, el funcionario del GOPE acusado de disparar por la espalda al joven Brandon Hernández Huentencol, cuando solo teñía 17 años. El uniformado fue imputado por cuasidelito de lesiones graves gravísimas y apremios ilegítimos, delitos por los que arriesgaba una pena de 10 años de cárcel.
Durante la tarde de este viernes, el sargento segundo de Carabineros fue absuelto por el Tribunal Oral en lo Penal de Angol, siendo condenado solo por el delito de lesiones graves por el juez Germán Varas Cicarelli, el mismo juez que presidió el juicio del caso Luchsinger Mackay.
Los hechos ocurrieron el 18 de diciembre de 2016, en medio de un operativo policial liderado por Carabineros en la comunidad donde residen los Hernández Huentecol. Entonces, los uniformados detuvieron a Isaías (13), hermano menor de Brandon, a quien tiraron al piso y apuntaron con sus armas.
Al ver a su hermano en esa situación, Brandon acudió a ayudarlo y los policías lo obligaron a tenderse en el suelo. En ese momento, Rivera desenfundó su arma y realizó más de cien disparos desde su escopeta antimotines. Los perdigones quedaron incrustados en la espalda del joven, provocándole fractura en su cadera y una serie de problemas de salud que perduran hasta hoy: de hecho, el joven vive con 87 perdigones alojados en su cuerpo.
Uno de los proyectiles que disparó Rivera se desplazó hacia uno de los pulmones, causándole molestias constantes. Para peor, los médicos le señalaron que no pueden extraer los perdigones sin afectar a los órganos comprometidos, por lo que las dificultades se extenderán por el resto de su vida.
La investigación sobre el caso reveló que el funcionario del GOPE ya tenía una condena previa por un delito similar. La sentencia se conocerá el próximo jueves 24 de enero a las 19:00 horas.