Tras la viralización de un testimonio en Facebook, en el que una mujer acusaba al médico ginecólogo Eduardo Oliva Andaur de haber repartido la misma ecografía a diversas pacientes, el propio facultativo salió a confirmar dicha versión.
Se estima que al menos cuarenta mujeres habrían sufrido la misma situación al ser atendidas por Oliva, quien aseguró que toda la situación se debe a un problema técnico y no a un engaño.
«Tengo rabia y pena, lo que más espera uno cuando está embarazada es ver la carita de su bebé, no saben todas las veces que vi esa eco pensado que era mi hija, compartiéndola en redes sociales», relató la mujer afectada.
Por su parte, el médico señaló a BioBioChile que «el procedimiento realizado a cada una de las pacientes, corresponde a ecografías de dos dimensiones (2D), cuyo objetivo es realizar un análisis intrauterino y de diagnóstico en caso de una eventual situación médica. El examen fue informado en base al set de imágenes 2D, las que se entregaron a cada una de las madres. Este acto médico se cumplió a cabalidad y de manera adecuada en cada uno de los casos señalados en la publicación».
Sin embargo, Oliva precisó que «de manera involuntaria al momento de imprimir la imagen en 3D, esta correspondía a una foto configurada previamente por el fabricante del equipo a modo de demostración”.
De esta manera, el ginecólogo sostuvo que las radiografías no pertenecen a otros pacientes, sino que se trata de una imagen preestablecida por el sistema. En este sentido, recalcó que «no existe engaño alguno de mi parte; así como tampoco hubo cobro adicional por la entrega de la imagen 3D”.
El caso es seguido con atención por el Colegio Médico Regional del Maule. Si se comprueba negligencia y engaño de parte del especialista, podría ser citado por el Departamento de Ética.