A mediados de abril, el chileno Nicolás Zepeda fue sometido a un interrogatorio ante el Ministerio Público. El joven es el único sospechoso del asesinato de la estudiante japonesa Narumi Kurosaki, quien era su novia hasta meses antes de la desaparición, a fines de 2016 en Francia.
Zepeda fue interrogado por la fiscal Tania Sánchez a pedido de las autoridades francesas. En la instancia se hizo presente el persecutor galo Etienne Manteaux y tres colaboradores. Tras participar de declaración del chileno, el fiscal regresó al este de Francia, donde la estudiante de 21 años fue vista por última vez.
En conversación con Las Últimas Noticias, Manteaux comentó los detalles del interrogatorio del chileno: «Declaró su negativa a colaborar 95 veces, repitiendo una oración aprendida de memoria», sostuvo. «Voy a guardar silencio», fue la frase con la que insistió Zepeda.
Además, el fiscal recordó que «estas 95 preguntas fueron el resultado de más de dos años de investigación, que acumularon todas las pruebas en su contra». Sin embargo, el persecutor aseguró que «después del interrogatorio él parecía mucho menos seguro que cuando llegó a la oficina».
Manteaux explicó que la investigación realizada en Francia acumuló diversos elementos que lo implican. Para ello, se realizaron pericias a su teléfono móvil y tarjeta de crédito, además de analizar el GPS que estaba en el vehículo que él arrendó durante su estadía. También hay imágenes de cámaras de video vigilancia.
Los padres y hermanas gemelas de Zepeda también fueron interrogados y todos se acogieron a su derecho a guardar silencio. También revisaron la casa de la familia, donde lograron incautar un computador del joven chileno que pronto será sometido a pericias.
Con la investigación encaminada, el fiscal adelantó que piensan solicitar formalmente la extradición del chileno a Francia entre septiembre y octubre de este año, con la idea de realizar el juicio en 2020.