Una entrevista no muy de matinal fue la que vivió el ministro del Trabajo Nicolás Monckeberg en su visita a TVN. Cuando el ministro intentaba demostrar las maravillas de trabajar 45 horas en vez de 40, y los supuestos riesgos que traería la reducción de la jornada laboral, el panelista del programa y abogado laboralista, Daniel Stingo, argumentó firmemente que la negociación individual que el ministro defiende, en la práctica solo debilita las posibilidades negociadoras de los trabajadores.
Primero el abogado laboralista le menciona la ya conocida diferencia entre las jornadas de los países europeos, que rondan las 35 horas, con la chilena, que es de 45.
Luego pasó al tema de la negociación individual, afirmando que “Esta medida (negociación individual) sería muy buena si los trabajadores realmente pudieran tomar esa decisión, pero no van a poder, nunca han podido”.
“El uno a uno no funciona, si yo soy abogado laboralista, veo como pasan por sobre los derechos de los trabajadores, no hay negociación uno a uno”, agregó.
Ante esto, el ministro un tanto ofuscado, le respondió “Una cosa son las opiniones y otra cosa son los hechos”, a lo que finalmente Stingo responde: “Yo soy abogado laboralista ministro”.
En el fondo, la propuesta de Monckeberg era de que en vez de que el trabajador reduzca forzosamente su jornada laboral, la legislación pueda otorgarle la libertad para decidir entre una reducción horaria, o un aumento de las vacaciones, o la denominada “flexibilización laboral”, que implicaría otro tipo de variaciones en el horario laboral.
Lo que Stingo argumentó en tanto, es que las relaciones laborales son asimétricas, por lo que “entregarles libertades” a los trabajadores, en la práctica se traduce en entregarselas a los empleadores, y precarizar aún más la situación de desventaja de los trabajadores.