Este domingo se estrenó el nuevo capítulo de la serie documental de El Desconcierto y Miles Chile, «Mil Voces».
El espacio conducido por la periodista Alejandra Valle está siendo emitido una vez a la semana, con estrenos todos los domingos, y este domingo 8 de septiembre el programa trató la temática de la violencia simbólica y los micromachismos.
«Violencia simbólica: Micromachismos, humor y sociedad», es el título de este segundo capítulo, en el que participaron la comediante Paloma Salas, la asesora del programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas, Elizabeth Guerrero, y la profesora e investigadora de Política Educativa de Educación 2020, Loreto Jara.
La violencia simbólica, las prácticas naturalizadas, no tan fáciles de evidenciar y menos aun de desterrar, fueron los temas tratados por las entrevistadas.
“Los micromachismos son actitudes que aparecen en discursos y prácticas casi siempre de manera inconsciente, y tiene que ver por ejemplo con sentirte incómoda por comprarle una cosa rosada a tu hijo, o con un hombre que se siente incómodo si no lo dejan pagar la cuenta, o con atribuir la amabilidad o la caballerosidad al ser varón«, explicó la investigadora de Educación 2020, Loreto Jara.
«Como que ser amables fuera de hombres y recibir esa amabilidad fuera de mujeres, esas pequeñas cosas que están como en nuestro inconsciente son micromachismos, que si vamos sumándolos, van constituyendo un sistema de relaciones que deja a la mujer en un segundo plano«, agregó.
«La violencia simbólica busca ponerte en tu lugar”, afirmó al respecto, Elizabeth Guerrero, quien además agregó que “La auto confianza y auto percepción son elementos relevantes para enfrentar la violencia simbólica desde la perspectiva de género”.
Además de la auto confianza, las entrevistadas coincidieron en el poder del humor para ayudar a la deconstrucción de la sociedad.
«Los hombres tienen que poder reírse de lo ridículo que es la masculinidad, es estúpida», afirmó Paloma Salas.
Pero el humor, debe ayudar a generar los progresos, y no ser un lastre que nos impida avanzar, explicaron las entrevistadas. «El humor de la suegra es también una forma de micromachismo, ese humor ochentero que nos siguen metiendo en los festivales, porque se festina con la suegra, y en Chile al menos, la suegra es quien cuida a los niños, quien se lleva mucha de la carga en lo cotidiano», reflexionó al respecto Elizabeth Guerrero.