Este lunes, Katherine Tapia, profesora de Biología del colegio Amazing Grace de La Serena, llegó a su lugar de trabajo para enfrentarse con la sorpresiva noticia de que estaba despedida.
En conversación con El Observatodo, la docente explicó que tras estar con su curso, el 3° medio A, se trasladó a hacer clases al 7° básico B. Allí, los propios alumnos comenzaron a preguntarle sobre lo que sucede en el país.
“Me preguntaron sobre lo que se mostraba en televisión, en redes sociales, hablamos del tema de la desigualdad, que hay niños que tienen todas las oportunidades y otros que no. Di ejemplo de donde trabaja mi hermana, un colegio vulnerable donde los niños van felices porque tienen su comida, un resguardo de profesores”, afirmó Tapia.
Asimismo, la profesora relató que “hablamos historias de las protestas, de la violencia de los militares, la violencia de parte de la ciudadanía en saqueos e incendios, del niño abusado sexualmente”.
Esta conversación habría sido luego denunciada por apoderados, que presentaron acusaciones y audios a la Rectoría del establecimiento.
La docente alega que al ser llamada desde Rectoría, pidió explicar lo acontecido a los apoderados, lo cual le fue denegado por sus superiores, que sólo permitieron que explicara su versión por escrito, y le impidieron al día siguiente asistir a la reunión que trataría el tema.
Este lunes, le entregaron la carta de despido. “Quedé shokeada, pusieron que había incurrido en una falta grave al artículo 160 en el tema ético contractual”, sostuvo al respecto.
Defensa laboral
La docente afectada acudió durante la jornada de este martes 5 de noviembre a la Inspección del Trabajo, entre otras instancias. “Estoy con abogado, fui a la Inspección del Trabajo, primera vez que me veo en una situación así, me tuve que informar mucho del tema”, afirmó.
Asimismo, Tapia aseveró que “estoy haciendo asesorada y ayudada de varios sectores”, y se encuentra recibiendo apoyo de “apoderados, alumnos, ex alumnos, profesores, colegas de otros colegios, eso igual me ha ayudado a sopesar esto”.
Por último, la docente lamentó lo ocurrido, mas defendió su accionar. “Ojalá pudiera volver el tiempo atrás, haber dicho niños saquen sus libros u otra cosa, pero soy profesora, tengo que escucharlos, es mi labor como docente. No solamente voy a hacer clases de biología, sino que estoy preparando jóvenes para insertarse en un mundo”.
Tapia además afirmó que al parecer «son dos apoderados» los que llevaron a cabo la denuncia, y que «no se midieron las consecuencias realmente».