FOTOS| «El barrio despertó»: Las protestas sociales desde la periferia de Santiago

Son las seis de la tarde y la gente se prepara para una nueva movilización en la periferia. La plaza del barrio que sirvió para salir a pasear a los perros y para jugar con los niños en tiempos de completa pasividad, hoy es el lugar en donde se concentran para protestar los vecinos de San Ramón frente a la grave crisis social que vive el país.

El sol comienza a bajar. El ambiente es agradable y hogareño. Hay un poco de ansiedad. Se ven caras nuevas, se cruzan miradas y sonrisas. Tímidamente se acercan poco a poco muchos jóvenes y adultos mayores. Algunos se saludan por primera vez.

Dos jóvenes conversan de que no sabían que estaba el movimiento en el barrio y que se enteraron por los afiches que pegaron en los paraderos de las micros troncales. Otros dicen que supieron por el sonido de las cacerolas por las noches. Todos coindicen en una opinión: se han cansado de los abusos al pueblo y por eso comenzaron a salir a las calles.

A lo lejos se acerca una batucada y muchos autos comienzan a tocar sus bocinas. Las y los vecinos se alegran, levantan sus banderas y vuvuzelas en señal de lucha, y comienzan a caminar.

“El barrio despertó”, como se autodenominaron en WhatsApp los vecinos organizados de San Ramón Norte, anuncia la partida de la marcha. El objetivo es cruzar todo el barrio, tomar el paso bajo nivel y hasta llegar a la Municipalidad de San Ramón, lugar en donde se unen con los vecinos de San Ramón Sur, quienes desde la bandera y bordeando la Pintana se movilizan hace muchos años para exigir el fin a la precarización de la vida, el fin a la estigmatización y el acceso a la vivienda.

Los dos bloques de la comuna buscan generar mayor comunicación, unidad, organización y alianza. Han preparado ya toda una semana de movilizaciones.

Al finalizar la protesta, improvisan una asamblea, donde comienzan a relatar sus experiencias y a proponer ideas; comentan a viva voz que no dejaran las calles, que la lucha de clases sigue, que no pueden permanecer ajenos a este movimiento que exige reivindicaciones tan justas y dignas. Sus demandas se repiten: fin a la injusticia social y a la segregación, jubilación, salud, educación y sobre todo un cambio a la constitución elaborada por la dictadura de Augusto Pinochet.

La junta se acabó, ya se organizaron, todos se abrazan emocionados, quedan en contacto y se retiran en grupos pequeños para acompañarse a sus casas para seguridad, vendrá un nuevo día de lucha, en el aire se siente la esperanza por un Chile mejor.