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Carta respuesta a José Joaquín Brunner: Sobre la “observación privilegiada”

Publicado: 29.11.2019

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Sra. Directora

En su columna publicada el día 27 de noviembre de 2019 en el Líbero titulada: “Violencia: el desquiciamiento de la sociedad”[1] el profesor Brunner cita un pasaje de mi columna “El Momento Destituyente”[2] publicada hace algunas semanas atrás (a propósito de la primera gran marcha en la actual Plaza Dignidad) acusándome de pertenecer al “partido de la violencia” sin hacerse cargo de los efectos de violencia que ejerce su artículo (que parece ver la violencia sólo en el otro) y de la llamada “democracia” (transitológica) que defiende. Los miles de ciudadanos que nos hemos manifestado en las calles – y que hemos escrito sobre el momento que vivimos- del país para exigir una Nueva Constitución no pertenecemos a ese singular “partido”, si acaso existiera.

Llama la atención que un conspicuo intelectual haga una lectura tan vulgar. Sobre todo cuando la noción de lo “destituyente” forjada por el pensamiento contemporáneo, no implica plantearlo en oposición a lo “constituyente” como el propio profesor Brunner parece presuponer en su artículo. Si fuera así, podría ser visto como un momento “negativo” que arriesga llevar una dirección predeterminada (una teleología) que ilusoriamente, garantice la llegada a un orden futuro.

Lejos de ello, destituir significa deponer sin destruir, el “momento destituyente” no puede definirse como una “violencia” sin más, sino como una interrupción del continuum histórico que es capaz de inventar otros sentidos y usos posibles. En este sentido, un proceso constituyente necesariamente implica múltiples formas de destitución que se expresa en cabildos, asambleas y otras formas ciudadanas en las que la imaginación popular abre la posibilidad para una Asamblea Constituyente (paritaria y plurinacional) que me parece fundamental para la democratización que requiere el país[3].

Seguramente, esta extraña lectura sobre lo “destituyente” se deba a que el profesor Brunner, en tanto intelectual de la transición, que ha visto “destituida” su episteme por el fragor de los acontecimientos, siempre forjó la ilusión de desarrollar su saber y su labor intelectual desde la posición de un “observador privilegiado”. Y, tal como mencionó la primera dama, es justamente esa posición de “privilegio” la que el pueblo de Chile ha puesto radicalmente en cuestión.

Espero que esta carta invite a un debate teórico-político en torno a la cuestión de la violencia, más allá de los clichés prevalentes promovidos por los discursos del orden que obturan cualquier discusión al reproducir la violencia en el instante en que la denuncian, neutralizando así a toda potencia democrática.

Atte.

Rodrigo Karmy Bolton

Académico, Universidad de Chile.

[1]https://ellibero.cl/opinion/jose-joaquin-brunner-violencia-el-desquiciamiento-de-la-sociedad/?fbclid=IwAR0mUjCKTvALbQc6KCFpT6ZpT4FGb742Nd2crKW_sYC4lewv9OAO69dqfb4

[2] https://www.eldesconcierto.cl/2019/10/26/momento-destituyente/

[3]“El momento averroísta” En: http://lobosuelto.com/el-momento-averroista-rodrigo-karmy-bolton/

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