En un comunicado escrito en primera persona, la madre de José Matías de la Fuente Guevara, joven trans que falleció en mayo del año pasado a causa de un politraumatismo esquelético-visceral (caída de altura), denuncia que si el colegio en el que estudiaba su hijo le hubiera facilitado el acceso a la información y a los programas de apoyo que existen en estos casos, este aún podría seguir con vida.
«Acudo el día de hoy a la Superintendencia de Educación de Atacama, a solicitud de la máxima autoridad de esta entidad pública, Marggie Muñoz, para recibir el resultado de la investigación que ellos en su calidad de organismo fiscalizador, ofician al Liceo Sagrado Corazón el día 30 de mayo de 2019, por las posibles responsabilidades en el suicidio de mi hijo Mati», establece Marcela Guevara en su escrito.
«Como mamá solicite durante el año diferentes instancias con el colegio para recibir respuestas sobre:
- Qué investigación realizó el liceo luego de la muerte de mi hijo.
- Quiénes son los responsables del acoso y vulneración de sus derechos, como estudiante y joven.
- Cuáles son las medidas que adoptará el liceo al respecto.
«Jamás recibí respuesta», acusa quien está convencida de que su hijo se suicidó debido al bullying que sufría por parte de sus compañeros y compañeras, como declaró en junio de 2019 en una entrevista con La Tercera.
«Puedo declarar hoy abiertamente y sin miedo lo que ellos hicieron y el daño irremediable que han causado, al decidir ocultar la información entregada en la circular de la Superintendencia de Educación, sobre los derechos de niños, niñas y estudiantes trans en el ámbito de la educación, a mi como apoderada y a mi hijo José Matías», expresa la madre.
«Todas las posibilidades y principios orientadores para las comunidades educativas, las cuales establecían la dignidad del ser humano, el interés superior del niño/a, el derecho a la no discriminación arbitraria, a la buena convivencia escolar para prevenir todo tipo de acoso, y las obligaciones de los sostenedores y directivos de los establecimientos, fueron negados por parte del colegio (…) este trámite nos habría permitido hacer valer los derechos que asisten a los estudiantes trans en cuanto a su presentación personal, uso de servicios higiénicos y las medidas básicas de apoyo que la institución debía adoptar«, explica Guevara en su carta.
«Estas nunca se realizaron. A pesar de saber la condición de mi hijo, en el colegio decidieron de manera libre y deliberada no apoyarlo, no darnos este instrumento de apoyo y orientación para la familia, propósito para el cual fue creado», concluye su argumentación.
Por último, establece que «Ellos (el colegio) tomaron la decisión de ocultarlo», y asegura que «ahí estuvo la línea que separa la posibilidad de haber tenido a mi hijo con vida hoy. Pero la realidad es que José Matías está en un cementerio».