Una investigación desarrollada por el Observatorio Fiscal, detectó la existencia tanto en el primer gobierno de Piñera como en el segundo de Bachelet, de «proveedores favoritos», es decir, proveedores que llegan al inicio de un gobierno, le venden durante todo su periodo, y luego desaparecen cuando cambia la administración.
Para la investigación, se utilizó la base de datos de ChileCompra, estudiando el período entre 2009 y junio de 2019, considerando órdenes de compra en distintos estados: “aceptadas”, “enviadas a proveedor” y “recepcionadas conforme”.
El resultado fue que en ambos períodos se encontraron estos «proveedores favoritos», «lo que habla de un problema transversal y no exclusivo de una coalición política», según sostiene José Mora, ingeniero civil industrial del Observatorio Fiscal y autor del estudio.
En específico, se encontró que en su primer gobierno, Piñera compró $49.447 millones en servicios de proveedores favoritos, mientras que Bachelet, en su segundo gobierno, gastó $61.856 millones en estos proveedores.
Si bien el mismo autor explica que el «fenómeno representa solo un 0,3% del total del monto transado en los diez años analizados», el mismo sostiene que éste resulta relevante porque alcanza el monto de $111.303 millones, y particularmente porque da cuenta de «una señal de alerta en relación a la eficiencia en el uso de los recursos públicos«.
Respecto de quiénes están detrás de estos proveedores, el estudio solo afirma que «la mayoría son empresas nacionales y no transnacionales o firmas pertenecientes a grandes conglomerados», y que «la proporción de personas naturales es mayor entre los “favoritos” si se los compara con proveedores ‘no favoritos"».
Ambos factores fueron tildados por el autor como «complejos», pues «aumentan el riesgo de un conflicto de interés».