El método era el siguiente: se acercaba a algún restaurant, comía platos de alto costo y al momento de pagar mostraba problemas en su tarjeta de débito, o decía estar mal del estómago. Así, en un momento de descuido, se paraba y se iba. Eso hizo en siete ocasiones. Así se ganó el apodo: «El Rey de Perro Muerto». Se trata de Heinz Throsten Fischer, ciudadano alemán de 53 años que este viernes tomará un vuelo de Temuco a Santiago, luego hará una escala en Madrid y desde allí, finalmente, a Berlín.
Lo último que hizo Heinz y que detonó su deportación no fue, sin embargo, eso de irse sin pagar. En diciembre pasado, el alemán se quedó adentro de los baños del mall Portal de La Araucanía hasta que el inmueble cerró. Una vez bajadas las persianas, Fischer rayó los baños (incluso con su nombre), tomó maniquíes, un árbol de navidad y algunas prendas de vestir, y les prendió fuego.
El incendió no pasó a mayores, no así su condición de turista: como antecedentes estaban los 63 días que pasó en prisión preventiva por las veces que se fue sin pagar, lo que finalmente derivó en la decisión del Tribunal de enviarlo de regreso a Alemania. El proceso contó con la colaboración del consulado germano, dada la ausencia de papeles del sujeto.
Su defensa frente a los jueces acusó que Heinz padece problemas siquiátricos, los que fueron diagnosticados como una «disociación de la realidad». En esa línea, cuando fue consultado por la prensa por los problemas en los restaurantes, dijo que se trataba de un «experimento social».