El video grabado en la sede comunal de Santiago de la UDI, en el que el líder de Capitalismo Revolucionario, Sebastián Izquierdo, exhibe la manufactura de los escudos que han sido usados en las violentas marchas a favor de la opción Rechazo para el plebiscito del 26 de abril, sigue generando problemas para la UDI.
Esta vez, una revelación de Interferencia dio cuenta de que, efectivamente, la oficina ubicada en Bulnes 80 es una sede del partido -lo que había sido negado por su presidenta, Jacqueline Van Rysselberghe, tras la polémica- y que, según denuncia el dueño, los gremialistas serían unos «pésimos arrendatarios«.
«Nunca hubo un contrato de arriendo, nunca hemos pagado un contrato de arriendo nosotros, desconozco quién es el propietario (…) No tenemos ninguna vinculación con la administración de ese lugar», afirmó la presidenta de la UDI este martes, en un intento por desligar a su partido del movimiento de Sebastián Izquierdo.
En la misma línea, el partido emitió una declaración pública que señalaba que «el lugar donde se elaboraron los escudos no es una sede financiada con dineros públicos, ni por el partido«.
El dueño
El aludido medio contactó a Jaime Gallegos Costa -el dueño del inmueble- quien entregó detalles de cómo se ha desarrollado la relación de arriendo de su propiedad, explicando que comenzó con un vínculo con Jovino Novoa, alrededor del año 2013, cuando este era senador de la República.
«Cuando se retiró Novoa, llegaron otras personas de la UDI y me dijeron que querían el departamento por el valor estratégico que tenía para los quehaceres de ellos. De ahí que quedamos sin contrato«, explicó Gallegos.
Esto ocurrió en marzo de 2014. Desde entonces, se han vinculado con él para realizar los pagos Juan Arce, secretario de la UDI en Santiago; y Julio Salinas, abogado de la Universidad de Las Américas, ex Seremi de Bienes Nacionales de la Región Metropolitana y actual tesorero, también de la comuna de Santiago, del partido oficialista.
«Pagan cuando quieren»
Las cartolas bancarias de Gallegos demuestran dos cosas. Primero, que efectivamente Julio Salinas ha estado realizando transferencias a la cuenta del dueño del inmueble durante el 2019 y lo que va de 2020, y segundo; que los montos depositados a Gallegos son muy irregulares pues rara vez se repiten, y no siempre corresponden a los 280.000 pesos que corresponden al trato.
Al respecto Gallegos dice que «son unos pésimos arrendatarios. Pagan cuando quieren, lo que se les antoja y no siempre el cánon de arriendo».
Solo a modo de ejemplo, en febrero de 2020 Salinas depositó a Gallegos $170.000, en enero $180.000, y en diciembre de 2019, $210.000.