Con actualizaciones diarias de los contagios y un profundo plan de contingencia. Así fue resumieron este lunes, desde Gendarmería, las medidas que adoptarán para hacer frente a la pandemia por COVID-19. Mismas que aparecen cuando el estado actual de la institución es de 24 personas privadas de libertad y 59 funcionarios positivos por el virus.
Los alcances de lo que se implementará irá en beneficio tanto de los internos como de los encargados de su supervisión. En esa línea, y de forma preventiva, fue que desde la institución dieron cuenta del total de vacunados por influenza a nivel país: 18.511 reclusos y 11.223 gendarmes.
El plan de contingencia estableció, como primera medida, la suspensión de los establecimientos penitenciarios, a fin de disminuir el flujo de ingreso. Le siguió el aislamiento para sospechosos de contagio o eventuales positivos, con el traslado a una institución hospitalaria de ser necesario; y la atención particular a adultos mayores.
Respecto de los traslados interpenales, quedaron exclusivamente delegados a audiencias y visitas por videoconferencias; o en caso de brote, para lo cual se dispone de 2.667 plazas.
De acuerdo a la misma institución, todas las unidades penales cuentan con insumos sanitarios como mascarillas, guantes, dispensadores de jabón, termómetros infrarrojos y alcohol gel. Esto, además de la sanitización constante de los espacios y la recepción de encomiendas habitual, pero con un estricto proceso de desinfencción.