Ya se ha hecho habitual que una persona infectada de COVID-19, opere como vector para contagiar a varias personas a su alrededor, lo que justifica el reiterado llamado a mantener la distancia social en tiempos de pandemia.
Justamente fue lo que no ocurrió con una persona que asistió a un culto religioso cuyo pastor tenía coronavirus, lo que redundó en que, posteriormente, siete funcionarias de la unidad de maternidad del Hospital Sótero del Río, de Puente Alto, resultaran contagiadas.
Por supuesto, esta compleja situación implicó la activación de todos los protocolos respectivos que terminaron con otros 25 funcionarios teniendo que acogerse al régimen de cuarentena preventiva en este centro asistencial.
Desde el hospital aseguraron, en declaraciones recogidas por ADN, que ningún paciente atendido en esa área ha resultado positivo al test de coronavirus, precisamente por las medidas de precaución adoptadas.