Anoche, el programa «Mentiras verdaderas», de La Red, tuvo entre sus invitados al astrónomo José Maza, quien a través de un contacto remoto habló de distintos temas alusivos a la pandemia del coronavirus en nuestro país.
En este sentido, el profesional confidenció que su mamá, una adulta mayor de 91 años con residencia permanente en un hogar de España, dio positivo al test de COVID-19, diagnóstico que no ha afectado su salud, pese a su avanzada edad.
“Mi madre está en Barcelona en una residencia de adultos mayores (…) Hace tres días a todos en la residencia le hicieron un test de PCR. Allá está todo muy bien cuidado, pero dos adultos mayores se habían contagiado al salir al hospital. Irónicamente salieron al hospital, se contagiaron y murieron”, contó antes de ahondar en el tema de la condición médica de su madre.
“A todos le hicieron el test y mi madre salió positiva. No ha tenido ningún síntoma. Lo único es que hace como 17 o 18 días atrás tuvo fiebre 37,2°. La doctora le dio unos antibióticos y unos parecetamol, está bien de salud”, dijo luego.
No obstante lo anterior, el científico pormenorizó acerca de los cuidados a los que está sometida su mamá en Europa, donde debe acatar un estricto protocolo de la residencia en la que habita, justamente en beneficio de ella y de la comunidad con la que cotidianamente interactúa.
En este sentido, conto que su hermana, quien también vive en España, la llama dos o tres veces al día para enterarse de su estado de salud y que la única novedad que reporta es su aburrimiento por el aislamiento al que está sometida.
“Está de mal humor porque nadie la va a ver, porque la comida es mala, y le pide a mi hermana que le lleve palta. A ella le encanta la palta y allá no le dan», ilustró.
“Este virus no lo entendemos ni conocemos bien, dicen que el adulto mayor se va despachado. Mi madre dio positivo de COVID y no tiene ni un síntoma”, dijo poniendo sobre la mesa el tema de lo desconocido, extraño e inabordable que resulta el nuevo coronavirus.
“Si mi madre se pusiera mal y falleciera, la pena sería inmensa, pero es algo que a uno no lo toma tan de sorpresa”, reconoció el astrónomo.