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Estas son las 6 vacunas para el COVID-19 que ya se están probando en humanos

Publicado: 15.05.2020

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Decenas de equipos de científicos alrededor del mundo están hace ya algunos meses trabajando para encontrar una vacuna que pueda poner fin a la pandemia del COVID-19.

Un proceso que normalmente es lento -la vacuna del ébola, por ejemplo, tardó 16 años desde su creación hasta su aprobación-, dado que esta debe ser probada primero en el laboratorio y luego en animales hasta llegar a los humanos, aunque en esta ocasión se estaría llevando a cabo a un ritmo extraordinariamente acelerado.

Y así parece demostrarlo el hecho de que solo después de tres meses, entre los más de 90 equipos científicos que están trabajando en una vacuna contra el COVID-19, ya hay seis candidatos que llegaron a la fase de ensayo en humanos.

Las vacunas chinas

El país asiático donde se originó el virus, tiene ya tres vacunas en ensayos en humanos.

Se trata de una vacuna que está siendo probada en humanos desde el 16 de marzo por la empresa de biotecnología china CanSino Biologics, en colaboración con el Instituto de Biotecnología y la Academia de Ciencias Médicas Militares de China, y que utiliza como vector una versión no replicante de un adenovirus, el virus que causa el resfriado común.

En ese sentido, este vector transporta el gen de la proteína S (spike) que se encuentra en la superficie del coronavirus, con lo que se intenta provocar la respuesta inmune para combatir la infección.

También en el país oriental, se está probando en humanos esta otra vacuna, centrada en el uso de «células dendríticas modificadas con vectores lentivirales» y que, al igual que la anterior, comenzó a ser testeada en marzo.

Finalmente, la tercera candidata del país asiático es una vacuna de «virus inactivado», que se encuentra siendo probada por el Grupo Farmacéutico Nacional de China, Sinopharm, a través del Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, donde se habría originado el virus.

Este tipo de vacuna ‘inactivada’ funciona a través de la producción de partículas de virus en reactores y para después purificar esos virus para que pierdan su capacidad de enfermar.

Sobre estos prototipos de vacuna, el doctor Felipe Tapia, del Grupo de Ingeniería de Bioprocesos del Instituto Max Planck de Magdeburgo, en Alemania, explicó a la BBC que están basadas en la metodología «más común y la plataforma de producción más experimentada en producción de vacunas», y que «es una tecnología que tiene productos que ya están licenciados y comercializados«.

«Por lo tanto la mayoría de las estimaciones que se dan de que una vacuna (para COVID-19) va a estar lista en entre 12 y 16 meses están basadas en este tipo de vacunas inactivadas principalmente», explicó el doctor.

Las de Estados Unidos

Financiada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, esta vacuna está basada en un ARN mensajero o ácido ribonucleico mensajero, y a diferencia de las chinas, el objetivo de esta vacuna es «entrenar« el sistema inmune de una persona para generar una respuesta para combatir al virus y evitar la enfermedad.

Su funcionamiento requiere inyectar un pequeño segmento del código genético del virus, que los científicos lograron crear en el laboratorio, y que debería provocar una respuesta en el sistema inmune que haga que el propio cuerpo combata la infección.

Al igual que la anterior, la vacuna de Inovio, una empresa de biotecnología de Pensilvania, también se basa en una nueva estrategia de investigación.

Esta consiste en la inyección directa de ADN a través de un plásmido (una pequeña estructura genética) para que las células del paciente produzcan los anticuerpos para combatir la infección.

En ese sentido, es importante mencionar que estas nuevas metodologías no han producido hasta ahora ningún fármaco que haya sido utilizado en humanos.

Así lo explicó el doctor Tapia a la BBC, afirmando que «podría decirse que hay una expectativa muy grande en el desarrollo de estas vacunas, pero hay que ser un poco cuidadosos porque son vacunas que no tienen el historial de otros tipos de vacunas, como las inactivadas».

«Incluso, los mismos científicos de Moderna dicen que el gran desafío que tienen es llevar a producción y comercialización la vacuna porque no tienen licencia en estos momentos para vacunas de tipo de mRNA», agregó.

La de Reino Unido

Esta vacuna se está probando desde el 23 de abril, y según explican los expertos es una vacuna recombinante similar a la de la empresa china CanSino (China).

Sin embargo, se diferencia en que el equipo inglés está utilizando como vector una versión atenuada de un adenovirus del chimpancé que ha sido modificado para que no se reproduzca en humanos.

«Lo que están haciendo ellos es producir en un reactor un virus que no es dañino, pero en su superficie expresa la proteína del coronavirus y así genera una respuesta inmune», explicó al respecto el experto del Instituto Max Planck.

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