«Conozco en profundidad esta realidad y sé el terrible impacto que se está produciendo en el mundo popular», es parte de lo que Pablo Longueira declaró a Revista Capital tras romper un ostracismo mediático de siete años sin ofrecer entrevistas.
Instalado en Villarrica junto a su señora, Cecilia Brinkmann, el ex senador de la UDI habló de su nueva vida tras regresar a Chile de un breve viaje a Estados Unidos, a comienzos de año, en febrero específicamente.
Actualmente trabaja en Arboleda Dutchman Villarrica, un emprendimiento que lo mantiene radicado en el sur del país, desde donde comenta cómo ha vivido estos meses de pandemia que, incluso, no le han permitido conocer a su décima nieta, Jacinta.
El COVID-19, aseguró, ya llegó a su familia. «Uno de mis hijos dio positivo, por ahora sin síntomas graves», comentó y admitió que la vida es así, «con luces y sombras».
De la política, dijo estar completamente alejado y sin problemas. No la extraña, aseguró.
Pero sí habló de ella. Y en particular de la gestión del Ejecutivo al enfrentar la pandemia. De hecho, cuando se le consultó cómo ha visto al gobierno en el manejo de la crisis sanitaria derivada del coronavirus, su respuesta fue clara, más aún al momento de aludir al trabajo liderado por el ministro de Salud.
«Creo que ha tenido un manejo relativamente bueno, el rol de Jaime Mañalich ha sido notable, qué afortunado ha sido el país de tener en esta pandemia, a este tremendo ministro. Qué duro ha sido conducir esta crisis sanitaria en un país donde hay 17 millones de expertos en coronavirus. Es admirable su fuerza y coraje, es muy triste ver cómo algunos, con tal de figurar, no trepidan en criticar por criticar», señaló convencido, quien en algún momento aspiró a ocupar la presidencia del país.
«Ningún gobierno, tampoco este, dejará de recibir los aportes de todos, si ello se hace con buena intención. Veo que el gobierno ha tenido más aciertos que errores», expresó Longueira en una extensa entrevista al medio antes citado.