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El informe recién publicado por el Observatorio para la Confianza dio cuenta que durante el periodo de cuarentenas por el COVID-19, los centros del Sename presentaron importantes cifras de abandono, afectación emocional y dificultad para mantener vínculos familiares de niños, niñas y adolescentes.
El informe “Vivir la cuarentena en residencias del Servicio Nacional de Menores (Sename)” del Observatorio para la Confianza y la Fundación Colunga entregó importantes cifras de la realidad de niños, niñas y adolescentes, junto a directores y educadores de trato directo, durante los periodos de cuarentena del 2020.
En el documento se señala que desde marzo del mismo año, 33,4% de las residencias presentaron entre 1 y 2 casos de abandono de las residencias por parte de las y los jóvenes.
Sobre esta cifra, una de las autoras del estudio, Sofía Aliaga, comentó que “este es un problema histórico que tiene el Sename. El abandono tiene que ver con las dinámicas al interior de los centros, de mucho maltrato y abuso, frente a eso algunos prefieren vivir en la calle. Si resistir el encierro en este contexto, en tu casa y con la familia ya es algo complejo, lo es aún más en un centro donde pueden existir vulneraciones de derechos”.
Debido a las normas sanitarias, recién en agosto infantes y adolescentes comenzaron a recibir visitas en los centros. Esta medida era un anhelo para las y los adolescentes ya que 46% indicó que uno de sus sueños era ver a su familia, mientras que un 50% señaló que sus momentos de alegría se relacionaban con ver o visitar a algún familiar.
Observatorio para la Confianza
Para Aliaga esta fue un resultado muy significativo pues demuestra que “había mucha afectación por la vinculación familiar que se vio interrumpida. También mucho temor por no saber de sus familias”.
“Nos conmovieron mucho sus respuestas porque los niños en el Sename son muy estigmatizados, como si no tuvieran ningún deseo parecido a los que no están bajo tutela del Estado. Eso no es así, también sufren por no ver a sus familias, son privados de su biografía y aun así mantienen un interés primario con tener contacto con sus seres queridos”, agregó la investigadora.
El acceso a internet es otra complejidad que enfrentaron al interior de los centros. Aunque solo un 12,5% de los adolescentes encuestados señaló no asistir a clases online, se enfrenta con el deseo manifestado por la mayoría de las mujeres sobre continuar sus estudios en la educación superior.
Finalmente, desde el Observatorio señalaron su preocupación por el rechazo explícito a participar de algunos Organismos Colaboradores (OCAS) , principalmente de María Ayuda, quienes no permitieron a sus trabajadores, trabajadoras y adolescentes bajo su cuidado contestar las encuestas.
Sobre todo considerando que el 100% de las y los adolescentes declaró que les gustó que le preguntaran su opinión, lo que para el Observatorio «indica la imperante necesidad de generar espacios que respeten su derecho a opinar y ser escuchadas y escuchados«.
