La Defensora de la Niñez, Patricia Muñoz. | Agencia Uno (archivo).
Patricia Muñoz presentó sus descargos ante el máximo tribunal del país luego de la solicitud de destitución que ingresaron diputados del oficialismo. Esto, por un video musical que aludía a «saltarse el torniquete».
La Defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, se defendió ante la Corte Suprema luego de la solicitud que realizó un grupo de parlamentarios para que cese en su cargo.
En diciembre pasado, diputados del oficialismo reunieron 52 firmas y pidieron la remoción de Muñoz ante el máximo tribunal del país. Esto, luego de una campaña comunicacional de la Defensoría por la conmemoración de los 30 años de la ratificación de Chile a la Convención de los Derechos del Niño.
La campaña incluyó un video musical donde se utilizó la frase «saltarse el torniquete», lo que, para los parlamentarios de derecha, representó «proselitismo e incitación a subversión en menores«.
Los abogados de Muñoz presentaron un escrito de 72 páginas, en la que indican que dicha canción, titulada ‘El llamado de la Naturaleza’, tiene el objetivo de informar a los menores de edad y reconocerlos como sujetos de derecho, por lo que el uso del lenguaje se hizo de manera simbólica. Según informa CNN Chile.
«La campaña de derechos de la Defensoría y el video de la canción, en particular, pretendían concientizar a los y las adolescentes sobre la importancia de su rol social y el efecto virtuoso de su empoderamiento como sujetos de derecho, haciendo un sincero llamado a superar las barreras (torniquetes en sentido simbólico) que actualmente impiden su pleno reconocimiento, en plena línea con lo dispuesto en el artículo 12 de la Convención», argumenta el escrito.
De la misma forma, la Defensora enfatizó en el problema que resulta de reducir las interpretaciones a lo literal: «¿Parece razonable juzgar en su literalidad una obra literaria? Indudablemente, no. Graficándolo con un ejemplo ello puede comprenderse mejor. La simple exégesis –ella en que han fundado los honorables diputados y diputadas el requerimiento de autos– nos llevaría a condenar el contenido de obras o piezas artísticas, literarias, musicales y hasta religiosas.
«Ni la Biblia pasaría el cedazo de un pensamiento carente de prudente juicio y abstracta comprensión«, agregó y afirmó que una eventual destitución tendría consecuencias en la independencia de las instituciones para ejercer su labor.
