Luego de la muerte del malabarista Francisco Martínez en Panguipulli, tras recibir seis disparos de Carabineros en un control de identidad que se escapó de las manos y que terminó con el artista fallecido en plena calle, se desató una ola de críticas hacia el mundo político.
Esto, porque se volvió a abrir el debate sobre el control preventivo de identidad, ley de la cual la bancada del Partido Comunista fue opositora desde el inicio del debate legislativo hasta después de su promulgación.
Es por eso que Camilo Sánchez, presidente de las Juventudes Comunistas, declaró que “cuando nos opusimos al control preventivo dijeron que los comunistas defendíamos delincuentes. Ahora están todos escondiendo la cabeza porque les salpicó la sangre de Francisco y tienen razones de sobra para avergonzarse”.
“Esta ley está hecha contra la juventud más pobre. Los que se benefician del modelo generan pobreza, pero no soportan verla a la cara, porque en el fondo les recuerda lo miserables que están siendo, así que legislan para no convivir con ella“, añadió.
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Finalmente, Sánchez argumentó que “el gobierno y Carabineros le declararon la guerra a la juventud más pobre porque saben que allí se incuba la rabia que les pasará la cuenta tarde o temprano“.