Úrsula Eggers, presidenta de los trabajadores de la CC: “La sindicalización es un derecho”

En muchos aspectos, la Convención Constitucional (CC) sigue en proceso de instalación. Esto, a pesar que ya ha transcurrido casi la mitad del muy acotado plazo de 9 meses —con posibilidad de prórroga de 3 meses— que establece la ley para construir el texto llamado a regular nuestra convivencia por las próximas décadas.

No obstante el tiempo que ya lleva en marcha, aún se siguen arrastrando problemas de funcionamiento que dificultan el normal desarrollo de la CC. Un ejemplo de esto es la compleja situación laboral que están viviendo las y los trabajadores que constituyen el personal de apoyo a los convencionales, los llamados asesores.

El caso más grave afecta a una gran cantidad de asesores y asesoras que, a la fecha, aún no se les ha pagado ninguna de sus remuneraciones, a pesar de encontrarse trabajando desde el primer día de funcionamiento de la Convención. Recién el pasado fin de semana comenzaron algunos pagos de parte de Segpres.

A esto se suman otras situaciones que los estarían afectando: no existe un casino, no cuentan con espacios fijos de trabajo, no hay una guardería infantil, acusan casos de maltrato recibidos por parte de carabineros y personal de seguridad y los espacios de trabajo tienen un aforo calculado considerando solo a los convencionales, no a los asesores.

Hasta finales de octubre, la Segpres informaba 373 solicitudes de contratación para personal de apoyo a constituyentes, quienes desempeñan múltiples tareas: asesorías profesionales en temas específicos, apoyo administrativo, logístico y de secretaría, etc. Cada convencional dispone de 40 UTM mensuales (aprox. $2.139.000) para contratar personal de apoyo y la mayoría tiene más de uno. El promedio de remuneraciones bordea los $750.000.

Ante este escenario, el 4 de noviembre pasado un grupo constituyó el Sindicato Plurinacional de Trabajadoras y Trabajadores de la Convención Constitucional de Chile (Siplutrac), comenzando el proceso de afiliación de adherentes. La Directiva quedó integrada por Francisco Ríos (Vicepresidente), Camilo Sánchez (Secretario), Patricia Núñez (Tesorera), Tamara Avello (Coordinadora) y Ursula Eggers (Presidenta), quien conversó con El Desconcierto.

–¿Cómo son las condiciones laborales en las que deben desempeñarse?

Es sabido que a la Convención no se le han dado todas las facilidades necesarias para que pueda desarrollarse de forma óptima y de acuerdo a la relevancia que tiene. Parte de nuestros problemas derivan también de eso, a lo que se suman un conjunto de otros factores, incluida la pandemia. No es raro ver asesores y asesoras trabajando sentadas en el piso afuera de las salas de sesiones, ya que el aforo de estos espacios fue establecido pensando solo en los convencionales.

Otro problema que nos afecta desde el inicio es que solo tenemos una credencial por equipo de trabajo, lo que ha significado que trabajadores y trabajadoras no puedan acceder a dependencias del exCongreso o del Palacio Pereira a pesar de estar acreditadas y de haber aforo. La falta de espacios designados para trabajar es algo que entorpece nuestra labor de forma permanente.

Es importante que la gente no se confunda. Exigir condiciones laborales dignas no implica que vayamos a sumarnos a los muchos factores adversos que ya debe enfrentar el proceso. Somos personas con profunda vocación de servicio público. Aguantar cuatro meses sin que nos paguen nuestros sueldos es prueba de ello.

-¿Cómo se las han arreglado sin sueldo durante estos meses?

Hemos tenido que ser flexibles y adaptarnos para poder seguir apoyando la Constituyente, que es lo que todos deseamos. Pero decidimos que esto no podía seguir así. Y reivindicamos que la nueva constitución, debe ser escrita respetando la dignidad de las personas y de los pueblos. Como trabajadores y trabajadoras muchas veces tenemos largas jornadas, trabajando hasta la madrugada y sin espacios adecuados, ni casino para poder hacer colación. La carga y ritmo de trabajo son muy intensos y por tanto, junto con lo más evidente, que es que se nos paguen oportunamente nuestros sueldos, también se necesitan condiciones adecuadas para hacer sostenible este hermoso proceso. Y ojo que esto también afecta a los convencionales, porque el apoyo y soporte que entrega la Segpres es muy básico.

-¿Dices que el trabajo de los convencionales también se está viendo afectado por las deficientes condiciones de trabajo?

Absolutamente. Por ejemplo a mí me tocó vivirlo en la Comisión de Derechos Humanos, donde la convocatoria a audiencia públicas tuvo una gran acogida, presentándose más de 300 organizaciones y personas. A estas organizaciones había que contactarlas, organizar el calendario y la agenda para recibirlas, etc. La responsabilidad de este trabajo residía en la Secretaría Técnica de la Comisión, cargo que ejerce un solo funcionario, por lo que era imposible que junto con tomar las actas, pudiera ingresar las solicitudes de audiencia y contactar a todas las organizaciones. Así es que los asesores, junto con algunos de los convencionales de la Comisión, tuvimos que asumir ese trabajo administrativo, quedándonos hasta la madrugada. Incluso Manuel Woldarsky, integrante de la Comisión y a quien yo asesoro, tuvo que pasar de largo y continuar trabajando en la Convención al día siguiente. ¿Cómo estas situaciones no van a afectar el desempeño de los convencionales?

-¿Quién es el interlocutor del Sindicato y qué explicaciones les han dado a los problemas que denuncian? ¿Hay plazos comprometidos para solucionarlos?.

La Segpres es la responsable de contratarnos y de pagar nuestros sueldos. Pero como por una parte somos trabajadores de apoyo y de confianza de los convencionales y a la vez somos funcionarios públicos a honorarios, no tenemos un solo interlocutor a quien referirnos. Ha sido muy difícil tener respuestas, básicamente porque la información es escasa y poco clara. En los últimos días la Segpres ha establecido plazos para solucionar los problemas, los que esperamos se cumplan. Como sindicato vamos a estar atentos a eso.

-¿Cómo ha sido recibido el sindicato?

La experiencia ha sido muy positiva, ya que existía una necesidad de organización, pero no ha sido fácil. Había temor y hubo intentos de frenar el proceso. Es inevitable creer que exigir derechos pueda traer algún tipo de perjuicio o significar perder el trabajo, pero no debería ser así. La sindicalización es un derecho humano.

-¿El sindicato tiene miembros pertenecientes a todas las bancadas?

El sindicato en asamblea decidió abrirse y no distinguir por colores políticos. Nuestro elemento en común es que somos todos trabajadores y trabajadoras y la vulneración de derechos nos afecta a todos por igual. Vernos como trabajadores sin apellido político, es algo nuevo.

-¿Cuáles son los próximos pasos que darán como sindicato?

Tenemos tareas urgentes en proceso, como realizar un catastro de la situación en que se encuentran nuestros socios y socias: cuántas personas aún no tienen contrato, cuántos aún no han recibido sus remuneraciones, necesidades urgentes a cubrir, etc. Esta semana tuvimos asamblea y decidimos incorporar a nuestro petitorio el pago correspondiente al mes de julio, que lo trabajamos, pero por una formalidad quieren que nuestros contratos de trabajo se hagan a partir de agosto y así no pagarnos el mes de julio. En las asambleas será donde iremos determinando de forma colectiva las acciones a seguir.