Rubén Oyarzo, candidato a diputado del D8: “No queremos que la élite siga en el poder”

Es la primera vez que enfrenta una candidatura parlamentaria en el distrito más grande de Chile. Rubén Oyarzo tiene 40 años y es un rostro nuevo en la política, es militante del Partido de la Gente (PDG) desde mayo de este año, y a través de una elección interna de su partido fue elegido en segunda mayoría para postular como diputado.

Gran parte de su vida se ha desarrollado en el Distrito 8. Creció en las comunas de Cerrillos y Maipú, actualmente vive en Lampa. Su incursión en la política ha sido a través de la dirigencia social exigiendo mayor conectividad en el Camino a Melipilla, además es contador auditor e ingeniero comercial.

Su campaña se ha desarrollado mientras cursa un Magíster en Dirección General de Empresa, y en sus tiempos acotados se ha desplegado en redes sociales, terreno y en entrevistas en medios locales. Una de sus motivaciones para llegar al parlamento es agilizar la Ley del Cáncer. “A pesar de que están aprobado los fondos, aún no son liberados. Apoyo a una agrupación de cáncer de mama metastásico y existen tratamientos que pueden mejorar la calidad de vida, pero son carísimos”, comenta Oyarzo.

En conversación con El Desconcierto, Rubén Oyarzo, candidato diputado por el Distrito 8 (D8), cuenta su postura sobre la carrera presidencial y sus propuestas para llegar al Congreso.

— ¿Qué te motivó a desplegar una candidatura parlamentaria en el Distrito 8?

Lo que me motiva es llegar con soluciones concretas a la gente, fui dirigente y activista social y siempre me utilizaron los políticos, de hecho, estuve con la banderita por el alcalde que era (Christian) Vittori y no se realizaron modificaciones a los problemas que existían en ese entonces. Hoy, uno de los problemas que existe en la política es la desacreditación y me aburrió que gente que ni siquiera es el distrito nos represente.

—¿Cuál es tu análisis sobre el panorama político presidencial respecto al ascenso de José Antonio Kast?

El escenario es complejo porque existe una polarización. Hoy, están liderando los extremos. La primera opción es (Gabriel) Boric mientras que la segunda es (José Antonio) Kast, y los extremos a Chile no le hacen bien. Además, en los debates que han participado lo único que vemos son carpetazos y polémicas sobre los males de los candidatos, pero no existen propuestas y no hay una idea de futuro.

—Quedan las últimas días de campaña electoral. ¿Cómo esperas que se solucione la situación de tu candidato presidencial Franco Parisi?

Estamos con toda la esperanza de que podamos realizar una lucha respecto a la candidatura de Franco Parisi. Además, las encuestas han mostrado que superamos a Sebastián Sichel y estamos bordeando a Yasna Provoste.

— El Partido de la Gente es una nueva fuerza en el mapa político. Pero respecto a los nuevos rostros en política existen antecedentes, como, por ejemplo, la Lista del Pueblo y sus fracturas. ¿Cuál es la apuesta del PDG en este periodo en un contexto de crisis de legitimidad y cuestionamientos a las instituciones?

La diferencia entre nosotros y la Lista del Pueblo, es que ellos tenían una ideología política extrema mientras que el Partido de la Gente, no. Acá puedes encontrar a personas de centroderecha, de centroizquierda y a otras que no son de izquierda ni de derecha. Por ejemplo, yo no he militado en ningún partido y ni siquiera he tenido participación política, y lo único más político que se puede considerar que he realizado es haber sido dirigente y activista social. Y soy uno de los 42 mil compatriotas afiliados que son profesionales de clase media, que realizan oficios, que son feriantes y trabajadores que queremos lo mejor para Chile.

Nuestra postura es simple. Nosotros no queremos que la élite y la casta política sigan en el poder, sino que queremos que gente común y corriente que usa el metro o Transantiago, gente que sufre problemas de inseguridad a diario, o esa gente que no tiene un Cesfam cerca o que gasta más de cuatro mil pesos para ir al centro de Santiago, ocupe esos espacios en política.

—En una segunda vuelta presidencial, ¿inclinaría su apoyo a otras candidaturas?

Si las ideas son buenas para la gente, no tengo problemas en conversar con la derecha o con la izquierda porque si quieres lo mejor para tu país las ideas se tienen que dialogar y la política se trata de eso. Pero en el ámbito presidencial a mí no me gusta ningún candidato, excepto Parisi, y si es que no pasara a segunda vuelta, en lo personal, entraría en una reflexión, así como también el partido posterior a las elecciones parlamentarias. De hecho, si no obtiene cupos en el Congreso puede llegar a desaparecer. Y en el caso que el resultado sea favorable para nosotros, son las demás coaliciones políticas las que tendrán que conversar con nosotros y el escenario en ese caso es distinto.

—¿Cómo ha sido el despliegue de la campaña parlamentaria en un escenario de pandemia, pero con menos restricciones que el año pasado?

Ha sido difícil porque trabajo de lunes a viernes, tengo a mi familia y a la vez estudio. Y no he dejado de hacer ninguna de estas actividades, por ejemplo, no puedo ir a realizar campaña un día lunes a las 11 de la mañana en la feria porque me encuentro en mi horario laboral. Además, soy autofinanciado y ni siquiera he ido al Banco Estado para habilitar mi cuenta del Servicio Electoral, y es que no recibiré ningún aporte, si ya queda una semana de campaña y ha sido muy austera.

A diferencia de otros candidatos, decidí no colocar palomas para no contaminar y me he dedicado más a la gestión de redes sociales y conversar con medios locales del distrito sobre mis propuestas. Además, la campaña en terreno la realizo en mis ratos libres y fines de semana. Todo ha sido con garra y corazón.

—¿Cuáles son los lineamientos de tu campaña?

Bajar los sueldos de los políticos. Considero que es un tema, porque no puede ser los sueldos que tienen y es estratosférico en comparación al sueldo mínimo. Si llego al parlamento, es lo primero que me gustaría realizar. Y por mi formación de ingeniero comercial y contador auditor quiero dar un énfasis a la fiscalización. ¿Por qué? Porque no puede ser que Christian Pino reciba ayuda de un ministerio solo porque es la pareja de Karla Rubilar, por ejemplo.

Dentro de mis propuestas también está dotar de mayores facultades a Contraloría, además que los parlamentarios tengan más atribuciones, no solo la fiscalización a las autoridades del gobierno. Además, otro pilar importante de la campaña es la educación pública, porque estudié en un colegio municipal de Cerrillos y la enseñanza media la cursé en un liceo comercial emblemático de Santiago centro. Entonces, para mí es clave pagar la deuda histórica a los profesores. Uno de los tantos casos es lo que ocurre con los profesores de Tiltil, en el cual la Corporación Municipal debe más de $4 mil millones a los docentes.

—Los pilares de la campaña que promueves en tu candidatura son: seguridad, conectividad, economía y medio ambiente. Un de las principales problemáticas del Distrito 8 es en materia medioambiental, como es en el caso de Quilicura, Tiltil y Colina. ¿Algún proyecto legislativo que te gustaría impulsar?

Lo primero es aumentar las sanciones a las empresas y a las personas que contaminan, por ejemplo, en el sector norte de la RM hay muchos microbasurales, entonces los municipios deberían tener mayor fiscalización y recursos en esos problemas. Segundo, una ley de aguas, esto tiene que ir ligado al trabajo que realizan los constituyentes en la redacción de la nueva Constitución. Tenemos la esperanza que funcione y que Chile no siga en las manos de cuatro familias poderosas.

Y en nuestro programa de gobierno proponemos que existan en las regiones tribunales ambientales con participación ciudadana. Por ejemplo, cuando vas a hacer un proyecto y tiene una viabilidad medioambiental, tienen que estar presentes las comunidades o agrupaciones locales que manifiesten su punto de vista a través de estas instituciones para que tengan una participación efectiva.

—Uno de sus planteamientos para fomentar la participación política es la democracia digital, pero tras la pandemia ha quedado en evidencia la brecha digital en diversos hogares. ¿Cómo enfrentan estos nuevos desafíos?

Hoy, gran parte de la población tiene teléfonos inteligentes. El tema de la brecha digital es un problema de conectividad en las zonas rurales o poblaciones que son marginadas, y es ahí donde el partido tiene una propuesta para que el área de telecomunicaciones de las fuerzas militares realice esta tarea apoyada por el Estado. Entonces, una de estas medidas sería implementar la conectividad gratis en hogares que lo necesiten para asistir a las clases remotas.