La declaración de Francisco Solar: Anarquista reconoce que envió bomba a Hinzpeter

En julio de 2019, una bomba estuvo a punto de detonar un piso entero de las oficinas de Quiñenco, en Las Condes. Se trataba de un artefacto con medio kilo de dinamita dirigido al exministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter.

El explosivo finalmente no se alcanzó a activar gracias a que el Gope de Carabineros detuvo su acción, luego de una alerta recibida tras otro estallido en la 54º comisaría de Huechuraba.

Los hechos desencadenaron una evidente preocupación de las autoridades que redundó en una investigación que, un año después, llevó al fiscal regional Sur, Héctor Barros, junto a un equipo del OS-9 de Carabineros, a concluir que Francisco Solar y Mónica Caballero eran sus responsables.

Ambos, de hecho, fueron los principales sospechosos del Caso Bombas I (2011), donde la justicia no determinó culpables y condenó al Fisco a indemnizar a los imputados.

Sin embargo, en 2013, la justicia española los condenó por poner artefactos explosivos en Basílica Nuestra Señora del Pilar, en Zaragoza.

Respecto de los hechos constatados en Chile, en julio de 2020 a ambos los formalizaron por enviar e instalar artefactos explosivos, homicidio frustrado y daños calificados. El caso avanzó con Solar y Caballero en prisión preventiva, a la espera del juicio oral que terminará con su sentencia.

No obstante, en los últimos días el caso tomó un rumbo inesperado.

Solar decide iniciarse en el camino de la subversión

Considerando que quienes actúan bajo consignas anarquistas jamás declaran en la causa y que el silencio es casi un código, premisa que en el caso de Francisco Solar estaría rompiendo luego de entregar su testimonio ante el Ministerio Público, reconociendo los hechos y aportando antecedentes inéditos de su modus operandi en Santiago, según detalla un artículo publicado en La Tercera.

Durante la entrega del testimonio, recuerda que en 2017 dejó Santiago y se radicó fuera de la capital, buscando una vida más calmada, lejana a la “depredación” de la Región Metropolitana.

Pero a mediados de 2018 se planteó liderar algunas acciones subversivas, asumiendo que “la manera más adecuada de luchar contra un sistema avasallador sustentado en la autoridad y la depredación, es por medio de la acción violenta revolucionaria”.

“Una vez que tomé esa decisión, me puse a pensar en algún objetivo, teniendo claro que si iba a asumir un riesgo grande, la acción a realizar debía ser potente. Pensé en realizar una acción como respuesta, como venganza contra personas ligadas a la represión y al poder empresarial, ambas características las cumplía a cabalidad Rodrigo Hinzpeter, que en el año 2019 era gerente del grupo Quiñenco, cuyo presidente es Andrónico Luksic”, dijo en su testimonio.

Y agregó que “Hinzpeter había sido ministro del Interior del primer gobierno de Piñera, dejando una estela de represión que será difícil de dejar de recordar. Reprimió duramente las movilizaciones sociales y estudiantiles, intentando levantar una ley marcada por prohibiciones de todo tipo, conocido como la Ley Hinzpeter. Como ministro del Interior fue responsable político del asesinato del joven Manuel Gutiérrez, reprimió duramente las movilizaciones sociales de Aysén y de Freirina, militarizó el territorio mapuche, lo que provocó cientos de heridos, muchos de ellos niños e innumerables presos”.

«Fuimos objeto de los delirios represivos de Hinzpeter»

Posteriormente, Solar retoma los años del Caso Bombas 1 y prosigue con su relato. “En agosto del 2010, junto con 13 personas más fuimos objeto de los delirios represivos de Hinzpeter, que en su afán por terminar con los bombazos ocurridos principalmente en el sector oriente de la capital desde el año 2005, nos encarceló inventando pruebas, contratando a presos dispuestos a corroborar la tesis de la Fiscalía, tesis que se refería a la existencia de una asociación ilícita terrorista”, denunció.

En consecuencia, admitió, decidió agredir a Hinzpeter. Lo que vino después fue el inicio de una investigación de cada paso que daba el exsecretario de Estado. “Fui a ver al edificio Itaú, a ver su flujo de gente, la gente que entraba, que salía. Intenté ingresar al piso 14, donde estaban las oficinas del Grupo Quiñenco y no pude por los férreos controles existentes en la entrada (…) por lo que pensé que lo mejor sería enviar una encomienda explosiva dirigida a la oficina de Rodrigo Hinzpeter, para asegurarme que él fuera quien abriera el paquete”, admitió.

“Los ataques indiscriminados nunca han sido parte de la práctica anarquista, nuestros objetivos son claramente definidos y apuntan a los responsables de la opresión y la represión. Como mi intención era realizar una acción de envergadura (…) decidí utilizar dinamita”, declaró ante el fiscal.

Solar y Carabineros: “Mi idea fue atacarlos por lo que representan»

Adicionalmente, comentó la génesis del ataque a la 54 Comisaría de Huechuraba. El control de Carabineros en las marchas estudiantiles y protestas sociales lo llevó a pensar que la entidad era un objetivo para sus acciones.

“Mi idea fue atacarlos como institución, por lo que representan, por su historia de sangre, tortura y muerte. Decidí atacar la Comisaría de Huechuraba como un gesto de venganza por el asesinato de la compañera Claudia López en septiembre de 1998″, agregó.

Por último, Solar comentó su performance durante el estallido social. “Al inicio de la revuelta yo fui parte de las distintas movilizaciones que se vivían día adía y pude ver a metros míos cómo caían ensangrentados los jóvenes producto de los balines y bombas lacrimógenas disparadas por carabineros. Fue por esto que la revuelta identificó a los Carabineros como uno de sus principales enemigos, por lo tanto, un ataque contra ellos era imprescindible y estaba completamente justificado”, concluyó.