Hija de Piñera: «Las calles están rayadas con ’Piñera asesino’, cuando él no ha matado a nadie»

A través de una carta enviada a El Mercurio, la hija del Presidente Sebastián Piñera, Cecilia Piñera Morel, salió en defensa de su cuestionada segunda gestión, aludiendo a los complejos momentos que ha enfrentado como consecuencia del estallido social.

“Mis hijos son nietos de un dos veces Presidente de Chile. El único Presidente de centroderecha desde el retorno a la democracia. Y no es fácil explicarles cómo estar honrados de su abuelo, y a la vez ser humildes. O por qué las calles están rayadas con “Piñera asesino”, cuando él no ha matado a nadie”, cuestionó en el escrito.

Paralelamente, enfrentó la polémica generada por Camila Moreno, quien en una presentación cantó un tema en el que decía “que se muera Kast y Piñera”.

“¿Cómo explicarles a niños de 12 y nueve años cuando una cantante llama a matar a su abuelo y a quemarlo todo? Después de las elecciones de este domingo, tengo razones para explicarles por qué deben sentir legítimo orgullo de su abuelo”, aseguró luego.

Respecto del balotaje, Piñera Morel dijo que el domingo Chile vivió «una elección impecable. El candidato opositor ganó por amplio margen. Su abuelo lo llamó por teléfono cordialmente, se trataron con amabilidad, manteniendo la tradición republicana. Al día siguiente lo recibió en su oficina, sin rencor, sin temor. Al contrario, con todo el espíritu de hacer una transición como corresponde”.

«El legado de Piñera será que se mantuvo estoico, pero dialogante»

Y a renglón seguido dijo que “desde el 18-O, tal vez muchos no entendieron o estuvieron enojados con el Presidente de Chile. Desde las dos veredas contrarias. Lo cierto es que se hizo cargo de un descontento social que iba mucho más allá de los 18 meses que llevaba en ejercicio”.

Sin embargo, dijo, «el legado de Piñera será que se mantuvo ‘estoico, pero dialogante’ ante los hechos. Paralelamente, relevó que su padre no dejó de trabajar ni un sólo día intentando solucionar el conflicto.

“Creo que pocos seres humanos habrían soportado ese grado de odio, exigencias, violencia, y de críticas, y, sobre todo, la escasa altura de miras de una parte de la clase política. Y, finalmente, salvó la institución de la Presidencia e hizo posible que la democracia siguiera su curso”, agregó luego.