El norte en tensa calma tras paro, marchas y visita de Delgado por crisis migratoria

El norte de nuestro país permanece este martes en una tensa calma tras una agitada jornada con manifestaciones y paros de transportistas motivados por una apremiante crisis migratoria, que se agravó en los últimos meses con la llegada masiva de personas indocumentadas.

La tensión volvió a escalar esta semana en la Región de Tarapacá, donde el lunes hubo cortes de carretera, cierre de comercios y la interrupción de las operaciones del principal aeropuerto, un panorama que llevó este martes a visitar la zona al ministro del Interior, Rodrigo Delgado.

«Se va a realizar un plan de intervención inmediato en aquellos barrios que tengan mayor tasa delictual (…) Empatizamos y sabemos que la gente no puede esperar mucho más«, dijo el titular de la cartera, quien anunció el refuerzo de la dotación policial.

Las protestas contra la entrada clandestina de migrantes y el aumento de la violencia comenzaron el fin de semana en Iquique, una de las primeras urbes de la zona en el ingreso por la frontera norte con Perú y Bolivia, y se extendieron durante la noche del lunes a la vecina Arica, con un paro de un millar de camioneros.

Nuevo desencuentro entre Boric y Piñera

El conflicto en el norte desencadenó el segundo desencuentro entre el gabinete saliente de Sebastián Piñera y el entrante, de Gabriel Boric, apenas una semana después de que ambos tuvieran su primer roce por la militarización de La Araucanía.

El ex líder estudiantil, quien tomará posesión el próximo 11 de marzo, dijo que tiene a la región «muy presente», pero agregó que por ahora no tiene facultades para actuar. «Estamos coordinando para hacer lo mejor», sostuvo Boric, quien siempre ha sido muy crítico con la gestión migratoria de Piñera y su intención de endurecer los controles fronterizos.

Paralelamente, el futuro subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, ya dijo que tanto la situación migratoria de Tarapacá, como la creciente violencia del sur son parte de una «crisis muy profunda» que está «heredando del actual gobierno».

«La voz que se encuentra en toda la región es una sola y tiene que ver con que existan medidas concretas en materia delictual», dijo el gobernador regional, Miguel Carvajal.

Un año de crisis migratoria

Durante el fin de semana, cientos de personas se manifestaron en distintos puntos de la región contra la presencia de inmigrantes irregulares, protagonizando episodios de ataques a extranjeros y consignas xenófobas.

En el último año, esta zona ha experimentado varias olas masivas de ingresos clandestinos de extranjeros, que provocaron el colapso de pequeñas localidades fronterizas, con poca infraestructura y recursos y donde se instalan miles de personas en campamentos.

De hecho, en septiembre se congregaron las primeras marchas antinmigración y una turba de manifestantes quemó las carpas y las pertenencias de un grupo de migrantes que pernoctaban en Iquique, un episodio que dio la vuelta al mundo y fue ampliamente repudiado.

Ahora, ante el aumento de los episodios xenófobos, los migrantes se agolpan en las puertas de los colapsados refugios desplegados por el gobierno y varias ONG, según comprobó Efe.

Respecto de los inclementes pasos altiplánicos, siguen formando la principal ruta de ingreso irregular, una ruta en la que han perdido la vida al menos dos personas en lo que va de año y una veintena desde que se inició el flujo masivo, en febrero de 2021.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) alertó en diciembre que cerca de 500 migrantes cruzan diariamente por pasos irregulares entre Bolivia y Chile y llegan al país «tras varios días sin comer, con deshidratación, hipotermia y mal de altura».

En el país actualmente hay 1,4 millones de migrantes, lo que equivale a más del 7% de la población. Los venezolanos son los más numerosos, seguidos de peruanos, haitianos y colombianos.