Feministas históricas por caso Lorenzini: «Responder maltrato con cancelación es ineficaz»

Este jueves El Desconcierto tuvo acceso a una carta pública firmada por siete feministas históricas, que ven «con profunda preocupación» la situación generada en la Municipalidad de Ñuñoa, luego de la denuncia por acoso laboral y sexual que realizó la ex asesora de la concejala Kena Lorenzini y que dio lugar a un sumario que acreditó maltrato laboral.

Las mujeres afirman que esta es una «situación difícil», porque Lorenzini «es una feminista que ha luchado contra la dictadura y militado en organizaciones políticas comprometidas con la transformación social y la justicia de género en el país. Además, ha jugado un importante papel en la conservación y documentación de la historia del feminismo».

«Nuestra posición es una firme condena a los comportamientos violentos que dañan las relaciones interpersonales, empobrecen la creatividad y debilitan los espacios sociales desde donde se crea y reproduce la democracia. Por eso, rechazamos las conductas de maltrato laboral acreditadas en el sumario municipal y lamentamos la falta de un enfoque restaurativo durante el proceso orientado a evitar la revictimización de la denunciante y repararla en términos de salud mental y oportunidades laborales», dice la misiva.

Sin embargo, las firmantes también rechazan las reacciones de algunos sectores feministas «por los sesgos punitivistas que evidencian».

«Estas respuestas, perpetúan la violencia patriarcal e impiden abordarla en toda su complejidad, pues en lugar de enfocarse en cuestionar el maltrato laboral, fusionan a la persona con el comportamiento y se enfocan en cancelarla de espacios feministas puros y transparentes, dentro de los cuales no habría contradicciones y todas seríamos potenciales víctimas pasivas de la violencia, sin agencia ni poder personal o colectivo», aseguran.

«Lo anterior resulta problemático porque los feminismos no son homogéneos y desde nuestra interseccionalidad todas transitamos espacios de privilegio y vulnerabilidad que es necesario reconocer al momento de relacionarnos», se lee en la carta.

«La cancelación es dañina porque impide problematizar la situación y desarrollar un debate profundo. Además, es una estrategia despolitizada pues sitúa la solución a nivel individual,
olvidando el carácter sistémico de la violencia. Responder a la violencia del maltrato laboral con la violencia de la cancelación es ineficaz y desproporcionado», estalecen.

Por último, Carolina Carrera Ferer, Virgina Guzmán Barcos, Victoria Hurtado Pinochet, Mariela Infante Erazo, Camila Maturana Kersten, Francisca Pérez Prado y Teresa Valdés Echeñique, proponen que «este caso, incluyendo las respuestas deficitarias de las instituciones y personas involucradas, se transforme en una oportunidad de diálogo abierto y reflexivo para abrir nuevos horizontes de justicia feminista».

Lee aquí la carta completa: