Avisos Legales
Nacional

Lucía Hiriart: Enfermera demanda a sus hijos por malos tratos, humillaciones y dineros impagos

Por: Carolina Ceballos | Publicado: 11.06.2022
Lucía Hiriart: Enfermera demanda a sus hijos por malos tratos, humillaciones y dineros impagos Lucía Hiriart |
En la acción judicial Silvia Jara Oliver, quien tuvo bajo su cuidado a la entonces viuda de Pinochet hasta su deceso en diciembre último, detalla una serie de conflictos que la confrontaron permanentemente con Marco Antonio, quien incluso, denuncia, la acusó de robo.

Silvia Jara Oliver, la enfermera que cuidó de Lucía Hiriart desde 2012 hasta su deceso, el 16 de diciembre de 2021, decidió llevar a la justicia a los hijos que tuvo junto a Augusto Pinochet, acusando tratos humillantes y deudas.

Respecto de la demanda, cuyo detalle publica un artículo de La Tercera, esta se interpuso el 3 de mayo y en ella relata su compleja relación con los Pinochet Hiriart, particularmente con Marco Antonio Pinochet, el encargado de coordinar sus cuidados.

Entre los hechos que menciona la profesional de la salud durante el ejercicio de sus labores, destaca el tenso momento que vivió cuando Marco Antonio decidió interrogarla por un anillo de Hiriart que no encontró en su dormitorio tras su fallecimiento.

Específicamente, la joya de diamantes era una de las más valiosas para Lucía Hiriat, por lo que la mantenía guardaba con especial cuidado.

Sin embargo, transcurrido un mes de la muerte de su madre, Marco Antonio Pinochet recordó la joya y como no la encontró, increpó a Jara. «Falta un anillo de diamantes», le dijo. La enfermera le aclaró cuál había sido el destino de la cotizada joya, lo que incluso se pudo comprobar a través de un llamado telefónico. «La señora Lucía se lo regaló a la señora Jacqueline (Pinochet)», fue su respuesta.

Lamentablemente para Jara, este no fue el único momento ingrato que vivió trabajando para los Pinochet Hiriart. Así lo denuncia ella misma, quien dice haber experimentado «malos tratos, humillaciones, ofensas y agravios» cuando Marco Antonio Pinochet llegó a acusarla de «esconderle información y ser ladrona», luego de que otra cuidadora encontrara un sobre oculto con dinero.

«La acusó de estar robando a su madre, de ser sinvergüenza y desleal», asegura la acción legal. La respuesta de Jara fue que esos dineros correspondían a ahorros que Lucía Hiriart guardaba en su habitación.

«El demandado replicó gritando que no era posible que le ocultasen ninguna información, menos de ese tipo», agrega la demanda que detalla que estos hechos sucedieron en plena vía pública, específicamente afuera de la casa de una de las nietas de los Pinochet Hiriart.

La demanda detalla además que, todas las semanas, la entonces viuda de Pinochet recibía $200 mil pesos de los que separaba una parte para ahorrar, lo que hacía sigilosamente. Según la acción judicial, Hiriart le habría dicho a su enfermera que ese dinero era para «regalarle un lindo obsequio de bodas a su nieta Sofía».

El acuerdo de confidencialidad que nunca se firmó

Tras su deceso en diciembre último, específicamente llegado el 24 de enero, la familia Pinochet Hiriart le exigió a Jara firmar un acuerdo de confidencialidad previo a la cancelación de su finiquito, lo que no se materializó porque ella no aceptó sus condiciones. «Nos entendemos con abogados», le dijo Marco Antonio, de acuerdo al relato de los hechos.

En consecuencia, Jara acusa a la familia de un grave daño a su «integridad física y psíquica», a lo que agrega que en el ejercicio de su trabajo con ella, se vulneraron sus derechos fundamentales, dado que se desconoció la relación laboral y no le pagaron su indemnización ni le cancelaron sus cotizaciones.

De acuerdo a los términos de vínculo que mantuvo con ella, la acción legal asegura que Silvia Jara empezó a trabajar con Lucía Hiriart el 12 de enero de 2012, por un sueldo líquido de $500.000 que tuvo un incremento de $100.000 un año después.

Respecto de las labores que desempeñaba al cuidado de Hiriart, debía colaborar con su higiene, peinarla, vestirla, alimentarla, darle sus medicamentos y acompañarla. Todo bajo una modalidad de turnos de 48 y 72 horas, lo que implicaba que Jara llegaba los martes a las 09:00 horas y se iba de la casa de Hiriart los jueves, cuando era relevada en sus funciones por otra cuidadora.

Marco Antonio Pinochet, detalla la acción interpuesta por la enfermera, se molestaba con ella de manera permanente por los gastos derivados de la mantención de la higiene de su madre en que incurría durante su cuidado.

«Don Marco Antonio siempre se enfurecía, señalando que no entendía la razón de tanto gasto», se lee en la demanda en la que detalla su especial molestia por el «excesivo uso» de guantes quirúrgicos, lo que lo llevó a solicitarle a Jara que los lavara para no gastar tanto.

«Hacemos hincapié en que los guantes eran utilizados para asear a la señora Hiriart, razón por la que resulta humillante y paupérrimo pedir a sus cuidadoras lavarlos para ahorrar dinero», dice Jara.

Llegado el Covid, el ambiente se hace insostenible

Una vez llegado el COVID-19 a Chile y con la implementación de las cuarentenas, la situación empeoró para Jara, quien cuenta que la familia le pidió trabajar la semana completa, alternándose con la otra cuidadora.

En un principio dispusieron del auto familiar para el traslado de las enfermeras, sin embargo, ese beneficio tuvo una corta duración. «Esto se cumplió una o dos veces como máximo, pues el señor Marco Antonio prohibió que fueran trasladadas las enfermeras, ‘porque el auto se iba a gastar o se podía echar a perder'», detalla la acción judicial.

Entonces las enfermeras debieron trabajar un mes puertas adentro y «se les prohibió salir del lugar y visitar a sus familias». Esta situación llevó a que el ambiente se hiciera insostenible y como su marido tenía problemas de salud, Jara habló con Marco Antonio Pinochet para pedirle que la despidiera.

Para estos efectos, solicitó una indemnización de $6,9 millones, sin embargo, Pinochet le ofreció la mitad y le incrementó el sueldo de $50 mil hasta que Lucía Hiriart falleciera.

Lo que vino después fue el cese de la relación laboral, en enero del año en curso, lo que motivó al empleador de Jara a pedirle que suscribiera una cláusula de confidencialidad que consideraba que, de vulnerar el acuerdo, se le aplicaría una multa de 2.000 UF ($65,5 millones de pesos aproximadamente), lo que ella no aceptó.

La acción judicial que interpuso contra los Pinochet Hiriart y que la justicia analizará el martes próximo, solicita el pago de $59,3 millones por morosidades y perjuicio moral.

 

Déjanos tus comentarios
La sección de comentarios está abierta a la reflexión y el intercambio de opiniones las cuales no representan precisamente la línea editorial del diario ElDesconcierto.cl.