Por dos insólitos delitos, el Sexto Juzgado de Garantía de Santiago decidió dejar en prisión preventiva a los dos funcionarios de Carabineros de Chile dados de baja, por ser acusados de cohecho y tráfico de bomba lacrimógena.
Los efectivos cumplían funciones en las comunas de Vitacura y Estación Central, y quedaron tras las rejas debido a que la justicia los consideró un “peligro para la seguridad de la sociedad”, y, además, “por peligro de fuga”.
De acuerdo a lo expuesto en la formalización, uno de los carabineros fiscalizó a un conductor, en marzo del 2022 y, pese a que no circulaba con licencia de conducir, le cobró $100.000 para no cursarle la infracción.
No sólo eso, sino que luego el conductor le confesó que comercializaba fuegos artificiales y cigarrillos de forma ilegal. El funcionario policial se ofreció a hacer los contactos con un comprador de la mercancía, a cambio de sumas de dinero como comisión.
Un tercer delito cometido por el mismo funcionario es, trabajar de guardia privado en una discoteca, mientras estaba de servicio y usando el vehículo institucional.
Al segundo carabinero se le acusa por traficar con una bomba lacrimógena en septiembre del 2022, cuya venta se concretó con un comprador civil.
Los cargos que enfrentarán son cohecho reiterado, uso de documentación pública falsa, tráfico de elementos balísticos y tenencia ilegal de municiones.