Formalizan a cuatro oficiales de la FACH por tragedia del Hércules C-130 en Mar de Drake

Tres oficiales de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) y un general en retiro fueron formalizados como autores de cuasidelito de homicidio por su eventual responsabilidad en la caída del avión Hércules C-130, que despegó en Punta Arenas con dirección a la Antártica y dejó 38 fallecidos, entre civiles y militares.

Después de tres años y tres meses del accidente, ocurrido el 9 de diciembre de 2019, la justicia formalizó al general en retiro Eduardo Mosqueira Cruz y los oficiales Julio Ojeda Puig, Marcelo Mella Bertetti y Allan Asenjo Contreras. 

Dentro de la investigación liderada por el fiscal regional de Magallanes, Eugenio Campos, a los funcionarios de la FACh se les imputa infracciones a reglamentos institucionales, incumplimiento de algunos procedimientos, la no entrega del mantenimiento del avión Hércules a profesionales habilitados, y la no protección del personal bajo su mando. 

Por su parte, el Tribunal de Garantía de Punta Arenas fijó un plazo de ocho meses para la investigación de los hechos, y decretó las medidas cautelares de firma mensual y arraigo nacional para los cuatro imputados. 

Las fallas en la aeronave

Según informó Campos, los oficiales aludidos no tomaron las medidas necesarias para corregir la práctica irregular de concurrencia alternada a las misiones llevando a especialistas para reparar el problema, infringiendo manuales y reglamentos.

La situación provocó que ante una falla de instrumentos de la aeronave, se efectuara una manipulación incorrecta de los indicadores de cantidad de combustible de los estanques, lo que decantó en un colapso durante el vuelo de la aeronave que habría provocado posterior desplome en el Mar de Drake.

Sumado a ello, el exgeneral Mosqueira Cruz no implementó un sistema de gestión de seguridad operacional en la IV Brigada Aérea, que garantizara la ejecución segura de los vuelos en su jurisdicción.

Ante dicho incumplimiento de normativas reglamentarias se generó un aumento del riesgo permitido, ya que de haber realizado las acciones de supervisión que le correspondían, la aeronave no habría despegado de la IV Brigada Aérea, evitando con ello la muerte de los 38 tripulantes y pasajeros del Hércules C-130.