Distintas versiones han surgido en torno a qué ocurrió durante el procedimiento policial que terminó con el asesinato de la suboficial mayor de Carabineros, Rita Olivares, cuyo caso promovió la rápida tramitación de leyes alusivas a los crímenes contra las policías.
Olivares falleció el pasado 26 de marzo tras recibir un disparo en la cabeza, al acudir a un supuesto robo que ocurría al interior de una vivienda en Quilpué.
De los sospechosos, solo tres quedaron en prisión preventiva: Miguel Acevedo Tauda, Luis Martínez-Conde Riesco y Elizabeth Soto Soto.
En tanto, Matías Peralta Parra, Edward Fuenzalida Leiva y Maximiliano Alexander Fuenzalida Leiva fueron reingresados a la cárcel de Valparaíso para completar la pena vigente que pesa sobre ellos.
Finalmente, este jueves se detuvo al séptimo involucrado, un joven de 25 años apodado como “El Mono”, nombrado en las declaraciones de los otros seis imputados.
¿Una «mexicana»?
Una de las dudas principales que tiene la Fiscalía actualmente es que no sabe cuál de los imputados sería el autor del disparo fatal.
En ese contexto, clave ha sido el testimonio de Luis Martínez-Conde, quien asegura que el responsable es Maximiliano Leiva, según el testimonio que leyó la Fiscalía durante la audiencia.
Este imputado también entrega un detalle que hasta ahora se desconocía del caso. Según él, su intención era robar droga de un conocido narcotraficante de la zona, tipo de robo que es conocido popularmente como una “mexicana”.
“A Maximiliano, hace como una semana, le habían dado el dato de unos kilos de marihuana, específicamente de 100 kilos de cogollo, que se encontraban en una casa”, fue parte del testimonio.
El lugar, de acuerdo con la declaración del imputado leída por la fiscal jefe de Quilpué, Mónica Arancibia, pertenecería a “un narco que desconozco su nombre, pero sé que es de apellido Prezmita, que tiene camiones y además es pescador”.
Tras la audiencia, la fiscal aclaró a la prensa que el testimonio es “el único antecedente que existe en la causa” de una posible quitada de droga.
“El Ministerio Público, lo que puede decir, es que lo que se sustrajo no fue droga, sino dinero, joyas y otras especies, incluyendo la llave de una camioneta (…) no alcanzaron a sustraer más, puesto que llegó Carabineros raudamente al lugar con las fatales consecuencias que ya conocemos”, precisó.
Según relató la persecutora, el grupo de sujetos se concertó para entrar a robar en un domicilio, donde golpearon a los residentes y sustrajeron $1.300.000 en efectivo. Junto con las otras especies robadas, el atraco fue avaluado en $7.800.000.
Cinco de los sospechosos fueron formalizados por los delitos de asociación ilícita, robo con intimidación y violencia, homicidio consumado de la suboficial mayor Rita Olivares, homicidio frustrado en contra de tres funcionarios que se encontraban con Olivares y porte de arma de fuego.
De acuerdo con la fiscal, los imputados arriesgan penas que pueden llegar hasta presidio perpetuo, considerando el homicidio de un funcionario activo de Carabineros.