El round por el origen de las longanizas: San Carlos versus Chillán

«¡Vecino, vecina, la longaniza es sancarlina!», fue el cántico de  ‘guerra’ con que la comunidad de San Carlos se manifestó en contra de la decisión del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi).

Y es que hace pocos días desde Inapi, otorgaron la denominación de origen de las longanizas a la comuna de Chillán, lo que desató la molestia inmediata de los habitantes de San Carlos, a tan solo 25 kilómetros de la capital ñublense.

Aunque la denominación llegó luego de cinco años de trabajo por parte de un grupo de productores cecineros de Chillán, quienes con el apoyo de instituciones públicos y privadas lograron que la longaniza de Chillán ingresara a la lista de productos con este tipo de sello, como la chicha de Curacaví y la sal de Cahuil, por nombrar algunos.

«Estamos muy contentos porque continuamos avanzando como capital regional y resguardando nuestra riqueza, nuestro patrimonio, y en ese sentido el alcanzar la denominación de origen con nuestra longaniza es un paso gigante que tendrá un profundo impacto en términos económicos y culturales«, aseguró el alcalde de la comuna, Camilo Benavente, por el logro obtenido.

Manifestación sancarlina

Pero para el edil de San Carlos no había nada que celebrar. En conversación con Cooperativa, Gastón Suazo fue tajante: «Por supuesto que la longaniza es sancarlina. El año pasado se hizo un concurso y lo ganó San Carlos. Aquí la longaniza ha sido elaborada de forma artesanal históricamente y no industrializada como en Chillán».

«Tenemos las cecinas Pincheira que son de San Carlos, muy prestigiosas y que se instalaron luego en Chillán. Tenemos un tremendo productor de longanizas artesanales, Donde Aliro, que le han hecho reportajes en todos los canales y programas. No admite discusión que las mejores cecinas son de San Carlos y las longanizas son sancarlinas«, continuó y recalcó que la denominación de origen «hay que pelearla» porque en cuanto a premios por el producto «nos falta un Oscar nomás».

Aunque reconoció que podría haber una mediación para «hablar de las longanizas de Ñuble» y miró con buenos ojos la unión para llegar a ese cometido: «Podríamos unirnos. Falta más discusión. Podríamos unificarnos en una mesa de conversación y son de Ñuble».

Pero «si vamos al área chica y hacemos un zoom de sabor, las longanizas son de San Carlos», cerró.