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Urrejola: «Operó en mi contra un grupo de interés empecinado en hacerme la vida imposible»

Por: Carolina Ceballos | Publicado: 05.04.2023
Urrejola: «Operó en mi contra un grupo de interés empecinado en hacerme la vida imposible» Antonia Urrejola | Agencia Uno
A un mes de dejar Cancillería, la exministra ofreció una entrevista en la que sinceró su complejo paso como titular de este ministerio, advirtiendo que no esperaba dejar el cargo y que fue víctima de la misoginia que todavía existe en el ámbito de la política exterior.

Antonia Urrejola, excanciller de nuestro país, ofreció una reveladora entrevista a El País que el medio español publica este miércoles, donde se refiere al complejo periodo que enfrentó durante su gestión al frente de Relaciones Exteriores, desde donde fue removida durante el último ajuste ministerial del Presidente Gabriel Boric, efectuado en marzo.

«No lo esperaba. Recibí constantemente el respaldo del Presidente y no imaginé que saldría, a pesar de que también estaba consciente de que estaba debilitada por el episodio del audio (donde hablaba contra el embajador argentino en Chile, Rafael Bielsa)», sinceró.

Posteriormente, consultada sobre su desempeño al interior de la cartera en la que fue relevada por Alberto Van Klaveren, Urrejola admitió que hubo problemas en este ámbito, aunque puso sobre la mesa una variable de contexto que, en su opinión, incidió en su labor.

«El acoso afectó el trabajo interno. Y una autocrítica a mí y a mi equipo, lo que incluye a los subsecretarios: tuvimos una mala gestión comunicacional. No supimos comunicar lo que estábamos haciendo y pasamos a ser una Cancillería reactiva a las bombas que aparecían, algunas inventadas y otras no», aseguró.

Siguiendo con el análisis de su paso por Cancillería, dijo haber quedado con una impresión contradictoria sobre su trabajo.

«Nunca imaginé que iba a tener tanta resistencia»

«Tengo la satisfacción de haber contribuido decididamente a la mejora y actualización de la política exterior de Chile. La agenda y los acentos estratégicos en Relaciones Exteriores instalados desde el inicio del Gobierno del Presidente Boric, hoy siguen siendo los mismos. Elegimos el camino de la defensa frontal de la democracia y los derechos humanos como una forma de promover los intereses de Chile en el actual contexto mundial, particularmente frente a los desafíos que enfrentamos. Trabajamos hacia el interior de Cancillería no sólo en la agenda interna de la política feminista, sino en lo que implicó un relevo generacional que, sin duda, era necesario. Pero, por otra parte, nunca imaginé que iba a tener tanta resistencia», argumentó. 

Y en este mismo ámbito, agregó que «era una dicotomía salir al extranjero y ver el reconocimiento de Chile y al propio Presidente Boric –no solo en la región, sino en Europa–, y regresar al país y recibir tanta crítica gratuita e infundada».

«La resistencia que sufrí en Chile sobrepasó todos los límites (…) Entiendo el debate y las críticas políticas, pero eso se transformó en críticas personales, acoso, inventos a través de la prensa. La guinda de la torta fue lo que ocurrió en febrero durante los incendios forestales. Fui portada de periódicos por ser la canciller que estaba de vacaciones, cuando el trabajo que me correspondía como ministra de Relaciones Exteriores era llamar a mis pares para coordinar la ayuda internacional, lo que se puede hacer desde cualquier lugar del mundo. Por lo demás, yo había tomado la decisión de volver antes del escándalo por la prensa», aseguró respecto de la última controversia que la afectó en su gestión.

Incluso, a casi un mes de dejar el gobierno, compartió su descarnado análisis de las adversidades que enfrentó como titular de la Cancillería, especialmente a partir de la contingencia de los siniestros. «Todo este episodio me hizo comprender que operó en mi contra un grupo de interés empecinado en hacerme la vida imposible. Esa es la verdad», dijo.

«Existe un grupo fuera de la Cancillería a quienes incomodó la renovación»

Respecto de ese «grupo de interés», aseguró este está vinculado a «una mezcla de factores. Por una parte, siempre en la Cancillería hay grupos que no están contentos con el canciller de turno, es normal».

«Lamentablemente, existieron muchos inventos y trascendidos de conflictos y de crisis, que en realidad no existían y fueron divulgados por algunos medios cuya motivación era oponerse a los cambios que estábamos haciendo», dijo aludiendo a las que asume como las verdaderas motivas para desestabilizar su gestión.

Además, insistió en que «existe un grupo fuera de la Cancillería de personas vinculadas a los temas internacionales a quienes incomodó la renovación y modernización que nos propusimos llevar adelante. Han manejado la política exterior y tienen una relación de hace muchos años entre ellos, independientemente del color político y sus diferencias».

«Es un núcleo que yo descubrí que era mucho más cerrado de lo que me imaginaba. Y aunque conozco a mucha de esa gente desde mi juventud, trabajé con muchas de esas personas, fue un grupo que me vio como outsider y que se resistió a un nuevo concepto de política exterior», dijo.

No obstante, defendió su trabajo comentando cómo lo abordó. «El esfuerzo que yo hice, encomendada por el Presidente, fue incorporar nuevos ejes, sin dejar de lado lo que tradicionalmente se reconoce como política exterior. Escuché muchas veces a muchas de estas personas, mirar con desprecio cuando yo hablaba de estos nuevos ejes, como la política exterior feminista y la política turquesa, que contempla objetivos y prioridades que deben contribuir al posicionamiento de Chile como un actor relevante en la mitigación del cambio climático, la protección del océano y los ecosistemas», detalló.

«En el mundo de la política exterior sigue existiendo la misoginia»

A renglón seguido, en su acucioso análisis del cargo que ejerció durante un año, aseguró que «en el mundo de la política exterior, llámese cancillerías u organismos internacionales, sigue existiendo misoginia. Se hablaba de que yo era novata, cuando tengo 54 años y un currículum que da muestras de mi carrera en materia internacional, aunque no sea parte de ese club que ha ido creciendo al alero de la Cancillería chilena».

«Creo que con un hombre con un currículum como el mío todo esto no hubiera ocurrido», dijo luego.

Y ejemplificó con el registro filtrado sobre Bielsa. «Hasta el día de hoy me pregunto, ‘¿si hubiera sido un hombre, y hubiese salido un audio de una conversación privada no autorizada que se divulgó por error a la prensa, la reacción hubiera sido la misma, donde el debate se centró en el tono de la conversación filtrada?'», cuestionó Urrejola. 

«Creo que no, porque lo realmente grave acá fue que se grabó sin mi autorización una conversación privada de la canciller con sus asesores y encima se divulgó, por error o por las razones que sean. No me quiero meter en las intencionalidades ­–aunque sigo pensando que fue por error–, porque hay un sumario y una investigación del Ministerio Público. El debate en Chile, sin embargo, fue sobre el tono de las conversaciones, que mi jefa de gabinete decía garabatos y que no se debía hablar así en la Cancillería, aunque era una conversación privada de mi equipo de trabajo», dijo relevando el impacto que generó el episodio, en su opinión, por ser mujer.

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