Experta: «Actualmente sólo 9% de las mujeres trabaja en la industria de la construcción»

La situación de las mujeres en la construcción, atendiendo a la necesidad de impulsar reformas sectoriales y políticas que contribuyan a mejorar el trabajo en este sector de la industria, es uno de los objetivos del estudio «Mujer en la Construcción», iniciativa que liderará el Observatorio en Gestión de Personas de la Universidad de Chile.

Específicamente, se trata de un proyecto a cargo de la académica del Departamento de Administración de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile, Carla Rojas, anunciado esta semana y cuyas conclusiones se oficializarán en noviembre.

Considerando la perspectiva de género, la iniciativa busca generar un diagnóstico de la realidad de las mujeres en este ámbito, para abordar la baja representación de mujeres en este sector mediante políticas efectivas.

«Es un paso crucial para desbloquear el potencial y la movilidad social que la industria de la construcción puede brindar”, asegura la académica respecto del estudio, quien en diálogo con El Desconcierto enfrenta esta problemática y comenta cómo se puede avanzar en esta materia.

¿Cuál es la motivación que genera el estudio, atendiendo a las brechas que hay y las dificultades que pueden enfrentar las mujeres en nuestro país en el ámbito de la construcción?

– La motivación que tenemos para comenzar con este estudio tiene que ver con que Chile tiene la peor participación laboral de la región, sólo un 50%, o sea, cinco de cada 10 mujeres que están en edad y condición de trabajar lo hace, y esto se vio afectado durante la pandemia, donde incluso llegamos en algún momento a tener un 4,2% de mujeres trabajando. Esto nos sitúa como el peor país para la incorporación de las mujeres en el mercado laboral.

Hay dos líneas para esto, una es la crisis del cuidado, la doble jornada que tienen las mujeres en el cuidado de terceros y el hogar y, por otra parte, también la brecha salarial que tenemos, donde es alrededor de un 30%.

Otra motivación es que de cada 10 jefes de hogar monoparentales en nuestro país, nueve son mujeres, por lo tanto urge incorporar a mujeres en distintas industrias. Una de ellas es la industria de la construcción, que si bien, ante una crisis económica es una de las primeras industrias en paralizarse, también después de las crisis sanitarias, económicas o sociales de nuestro país también es una de las primeras industrias en reactivación, por lo tanto, es una oportunidad de empleabilidad femenina importante para nuestro país.

Transformación cultural de estereotipos

Más allá de los resultados del estudio que se va a presentar en noviembre, ¿desde dónde se debiera trabajar para mejorar las condiciones de la mujer en este sector industrial?

– Hay tres líneas de trabajo importantes para mejorar las condiciones de las mujeres en la industria. Una es principalmente la transformación cultural de una industria principalmente masculinizada, donde tienen prácticas machistas. O sea, eliminar situaciones de discriminación a la incorporación de las mujeres a la industria es algo importante, también como cambiar el nivel de estereotipo de educación en los colegios y en la elección de carrera temprana, que las mujeres vean en la industria de la construcción una oportunidad requiere de una transformación cultural de los estereotipos de género desde la infancia. O sea, cómo a las mujeres se les dejan de regalar una cuna y un coche y también les empezamos a regalar Legos y otras opciones de educación para que vean que hay posibilidades, que vean también mujeres como ejemplo en estas áreas y que, desde el colegio, ellas ya puedan elegir estas técnicas o estas carreras técnicas o profesionales como una opción de desarrollo profesional.

¿Cuáles son las principales dificultades que enfrenta una mujer trabajadora de este rubro?

– Actualmente, uno de los principales desafíos que enfrenta la mujer en el rubro de la construcción es la división sexual del trabajo, donde la mayoría de las mujeres están en sectores de aseo o en el área de apoyo y no en las áreas más técnicas de oficio y profesión, que finalmente son las áreas donde ellas pueden tener un mayor desarrollo de carrera y, efectivamente, no situarse por fuera, ya que actualmente sólo trabaja un 9% de mujeres en la industria de la construcción.  Y este 9% también está bastante inflado por mujeres que son segregadas, aunque sean, por ejemplo, ingenieras en construcción, no encuentran trabajo a nivel de supervisor y también después de gerente de proyecto, y comienzan a estar más bien en labores administrativas de recursos humanos o consultoría, sacando a las mujeres técnicamente de la carrera y de la cadena de valor del área de la construcción.

Aporte femenino a la industria

¿Hacia dónde debiera encaminarse nuestro país para hacer de este un sector más digno e igualitario?

– A través de este diagnóstico que busca también contar cuál es la experiencia de las trayectorias de las mujeres en la industria de la construcción desde que eligen la carrera, desde que están estudiando, qué prácticas podemos encontrar ahí de discriminación directa, indirecta y también a través de información estadística que vamos a revisar, vamos a poder dar algunas sugerencias para el ámbito público y privado en relación a la toma de decisiones de empresas y también del sector público que quieren avanzar en esto, cómo hacemos una transformación a nivel de educación de los centros de formación técnica, de los institutos profesionales y las universidades para erradicar prácticas de discriminación e impulsar también que las mujeres vean en esta industria una posibilidad de desarrollo y también de atracción de talento.

¿Cómo se puede propiciar un liderazgo femenino en la construcción?

– Desde el estereotipo de género, no sé si es bueno hablar solamente de un liderazgo femenino o un liderazgo masculino, creo que pueden existir distintos tipos de liderazgo y no estereotiparnos, pero si podemos hablar de algunos aportes del liderazgo femenino que sí desde el estereotipo han sido estudiados que son un aporte, puede ser que las mujeres tienen mucho menos accidentes laborales que los hombres.

Por lo tanto, desde ahí para una industria como es la construcción y el riesgo que esta tiene, quizás sería un aporte interesante. También para tener otras formas de relacionarnos donde la violencia en general se ha erradicado. Creo que siempre, en todas las industrias donde se ha incorporado mayormente mujeres, hombres y mujeres se ven finalmente beneficiados a través de la conciliación, de mejora en los horarios y en las condiciones de trabajo, así también como las condiciones de infraestructura y sanitarias.