Experto e incendios forestales: «Hay gran probabilidad de que el verano sea muy conflictivo»

«El aparato público y privado se está preparando con mayor dotación de recursos para la temporada de incendios. No necesariamente una temporada metereológicamente complicada va a (generar) como consecuencia, una alta cantidad de incendios, pero lo que puede pasar es que es que muy altas temperaturas, como lo que se vislumbra para este verano, sí pueden provocar grandes incendios, pero una cosa es la cantidad de incendios y otra, es la extensión de estos», comenta Miguel Castillo, académico del Departamento de Gestión Forestal y su Medio Ambiente de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, en el inicio de su diálogo con El Desconcierto respecto de la temporada que se anticipa.

Considerando además el triste recuerdo del verano último, en que los siniestros de este tipo no le dieron tregua a nuestro país, el docente detalla el escenario en el que nos encontramos, atendiendo a las variables que inciden en su desarrollo.

«Normalmente, cuando hay grandes incendios forestales, lo que sucedió la temporada 2016 y 2017, y ahora 2022-2023, fueron grandes incendios, de gran magnitud, por que los organismos de respuesta ahora, llámese Conaf, Senapred, las empresas forestales, se están preparando», comenta apuntando, además, al incremento de fondos anunciado en las partidas presupuestarias. «Entiendo que (son) más de 140 millones de dólares, una cifra enorme. Es el total del aparato estatal, a eso hay que sumarle el privado», detalla.

Castillo releva el esfuerzo que se está haciendo en este ámbito. «Se ha tratado de planificar un mejor presupuesto, más generoso, sobre todo para mantener la cantidad de aeronaves, aumentarla y sobre todo, aumentar sustantivamente la cantidad de brigadistas», asegura.

Incluso, cuenta, «Conaf lleva más de dos meses en estas campañas de reclutamiento anticipado para tener una mayor fuerza de combate».

«Están devorando territorios edificados»

«Esperemos que no sean tan graves estas emergencias, se está viendo a nivel internacional cómo los incendios están devorando prácticamente territorios edificados, que es uno de los grandes temores que hay. Ahí hay un tema normativo de por medio, qué pasa con el territorio, con el uso de los suelos, que siempre habla todos los años que se construye. No ha habido muchos avances en eso, se sigue construyendo en las mismas áreas, los incendios son cada vez más rápidos, ahí hay que hacer una tarea fuerte en prevención, ahora salió el tema de los peritajes, el tendido eléctrico, pero esa es una causa de varias», agrega.

Consultado respecto de la gran cantidad de pirómanos que se constata cada año en medio de los siniestros, Castillo recalca que este es un factor que ha estado permanentemente presente. «En general, siempre ha operado así, lo que sucede es que las estadísticas son cada vez más precisas, toda la vida ha habido piromanía, en los últimos años ha ido aumentando un poco más, esa causa se llama ‘intencionalidad’, pero hay otras causas que no son menores, las personas que van caminando y tiran una colilla en una carrera», ilustra.

«Hay regiones donde la intencionalidad es más alta, por ejemplo en Valparaíso, en Valparaíso no hay tanto bosque como en el sur, donde hay otras causas. Trabajos en los bosques, problemas con la maquinaria de cosechas… Y más al sur, tenemos atentados terroristas; y en el secano sur, uso del fuego mal implementado, alguna quema que se escapó, bajo ciertas condiciones metereológicas las quemas se pueden escapar. Y lo que se instala hoy, es el tema de los planes pilotos de emergencia, es decir comunidades preparadas», dice luego apuntando a la coordinación con los territorios.

Rescatando el sistema que se ha constatado en la comuna de San José de Maipo, «que tiene bastantes ejemplos de autoorganización», comenta que «hay muchas comunas más al sur que hoy están viendo cómo ser integradas a estos planes de prevención de incendios. La mayoría, en general, a todo el mundo le preocupa la gestión de la vegetación, que es muy inflamable».

Miguel Castillo- Imagen cedida

Génesis y propagación

«Normalmente los incendios, como pasa siempre, por eso es tan importante el tema de la limpia de pastizales y basurales, se inician en pastizales, matorrales, prenden rápido y luego se propagan hacia sectores mayores, ahí es donde está el cuello de botella, cómo están las capacidades instaladas para poder gestionar de mejor manera la vegetación extienden. Hay programas preventivos, hacen talleres participativos», complementa.

«Es fundamental el apoyo con los municipios», dice antes de anticipar que la temporada de la que estamos ad portas debiera ser compleja. «Hay una gran probabilidad de que este verano sea bastante conflictivo», sincera.

Y a renglón seguido, aclara que «no necesariamente se van a quemar más hectáreas que la temporada anterior, las grandes emergencias no necesariamente pasan por incendios grandes, hay incendios chiquititos que generan grandes pérdidas, estos incendios que matan gente, mueren combatientes. Lo que es importante e ineludible es que lo que sí está cambiando fuertemente y para peor, es el comportamiento del fuego».

Según palabras de Castillo, este «es cada vez más agresivo, independiente de si hay más o menos incendios, si son más grandes o más chicos, si mantienen un promedio, lo que es claro es que el comportamiento de los incendios es cada vez más extremo, justamente por el fenómeno del Niño, el material combustible, la falta de agua y, sobre todo, y de esto poco se habla, la carencia de infraestructura local para poder hacer ataques los primeros minutos».

«Condición 30/30/30 ya no es extraordinaria»

«Siempre le echamos la culpa a la temperatura, el viento, que son vectores de propagación, pero poco se habla de la infraestructura y cómo está un territorio chiquitito preparado para que no se escape un incendio», sostiene.

Siguiendo con su análisis de esta contingencia de creciente preocupación cada temporada estival, Castillo insiste en que «tiene que haber buenos caminos, buenos accesos, buena coordinación, buena presión de agua, caminos amplios, buenos estacionamientos, eso contribuye si hay una embarrada grande, producto de la vulnerabilidad climática y todo lo que se habla.

Por último, advierte que «la condición 30/30/30 ya pasó, los incendios 30/30/30 son habituales, ya no es una condición extraordinaria, siempre la tenemos. Vamos a tener temperaturas sobre 40 grados, los vientos, que no hay mayor variación en los años… sí está la condición de la humedad de la vegetación y la temperatura, es un gravitante, eso es lo que va a llevar a que, definitivamente, no hay medios probatorios que anticipen que van a haber más incendios o que van a ser más grandes, sí el comportamiento del fuego va a ser más agresivo y eso obliga, que es lo que está haciendo el gobierno, a dotar de mayores recursos, sobre todo para el combate, a pesar de que la prevención es importante».