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Médico chileno que participó de operativos en Gaza: «Los niños palestinos no tienen niñez»

Por: Carolina Ceballos | Publicado: 19.10.2023
Médico chileno que participó de operativos en Gaza: «Los niños palestinos no tienen niñez» La guerra no le da tregua a Gaza |
“La situación de la población es tremenda, viví la situación anterior donde había zonas extensas de casas totalmente destruidas, la gente viviendo entre los escombros, un niñito mostrándome dónde estaba su papá, su mamá y sus hermanos debajo de los escombros… son cosas desgarradoras, en algún momento tiene que llegar alguien con el corazón bien puesto, con altura de miras, con grandeza y decir: ‘este asunto hay que pararlo…'», es el clamor de Luis Berr.

Luis Berr Lama, cardiocirujano y gerente comercial del Hospital Clínico Universidad de Chile, sabe bien cómo se vive en Gaza, territorio actualmente bombardeado por Israel en el contexto de la declarada guerra que está ad portas de cumplir dos semanas y de la que se ha mantenido informado a través de los contactos que dejó en la zona del conflicto bélico, como consecuencia del trabajo que ha puesto a disposición de su golpeada comunidad. 

«Un tiempo estuve colaborando en misiones humanitarias en el área de la medicina para Cisjordania y Gaza, personalmente estuve en Gaza en mi calidad de cardiocirujano. Fui varias veces, pero lo más importante fue el 2001, y el último (viaje) fue el 2014, un poquito después cuando estaba terminando un bombardeo considerable, esos períodos son los más impactantes en que estuve allá», relata. 

 ¿Qué fue lo que vio y qué testimonios ha recogido? «Todo el mundo sabe lo que es Gaza, es un lugar densamente poblado, de 40 kilómetros de largo y alrededor de 10 de ancho en que viven 2.2 millones de personas muy hacinadas, es uno de los lugares con más alta densidad de población del mundo. El problema de Gaza es el control de sus fronteras, esas 2,2 millones viven en ese espacio con pocas posibilidades de salir y entrar si salen, eso es lo que realmente tiene complicada a Gaza, no puede desarrollarse en distintos aspectos», asegura Berr. 

«No pueden salir a desarrollarse afuera, crear industrias, innovaciones, (optar) a progreso técnico, eso hace que sea como una olla a presión, de ahí los estallidos que desgraciadamente ocurren de tiempo en tiempo», agrega. 

WhatsApp de despedida

Consultado respecto del testimonio que ha recibido estos días de sus colegas en Gaza, Berr entrega detalles. «Lo que me cuentan ellos es realmente lamentable, cuando me escriben sus WhatsApp son como cartas de despedida. Dicen: ‘bueno, si tenemos que morir, ojalá muramos al lado de nuestros hijos, rezando…’ La verdad es que a mí me parte el alma. Yo repudio cualquier acto de violencia, sea de cualquier lado, a mí me repugna», comenta evidentemente conmocionado ante la envergadura de los hechos. 

«La verdad es que la situación de la población de allá es tremenda, viví la situación anterior donde había zonas extensas de casas totalmente destruidas, la gente viviendo entre los escombros, un niñito mostrándome dónde estaba su papá, su mamá y sus hermanos debajo de los escombros, él se salvó porque en ese momento estaba fuera, son cosas desgarradoras, en algún momento tiene que llegar alguien con el corazón bien puesto, con altura de miras, con grandeza y decir ‘mire, este asunto hay que pararlo…'», testimonia. 

Berr siente que, independientemente de la envergadura del conflicto, detenerlo no es tan complejo, pero implica aunar voluntades. «Y para pararlo, la cosa es súper sencilla, los palestinos lo único que quieren es vivir en paz igual que en otro país. Y con eso se derrumban los extremismos. Porque a mi juicio, los extremismos surgen de estas estas situaciones extremas, si estas situaciones extremas no existieran, los extremismos no tendrían adeptos», reflexiona intentando ver una luz de salida entre tanta oscuridad.  

«Lo que viene ahora, de no detenerse, que parece poco probable que se detenga, va a ser una masacre horrible. Estamos en un mundo civilizado, tenemos que sentarnos a conversar, los judíos tienen derechos, los palestinos existen y tienen derechos. Siéntense a conversar, vean cuáles son las resoluciones de Naciones Unidas», es su clamor. 

«Llegó el momento de la grandeza»

Berr no se resigna al devenir de los hechos. «A mí me cuesta creer que en un mundo civilizado, siendo los judíos muy capaces y tan inteligentes, no se den cuenta de que si hay una masacre, esto va a ser peor, porque se van a radicalizar mucho más los ánimos, salvo que murieran los seis o siete millones de palestinos que hay. Esta situación va a seguir, llevan 70 años en este asunto», lamenta. 

Cuando les pregunto a los palestinos qué pasa, me dicen: ‘todos los días nos quitan un pedazo de nuestro territorio, todos los días nos restringen nuestra vida diaria, ¿qué quieres que hagamos?’ Me da pena, porque les tengo mucho cariño. Tengo muchos buenos amigos judíos, hasta parientes. Creo que los judíos son gente que merece vivir en paz, pero respetando a los palestinos.

«Creo que llegó el momento de la grandeza, entiendo perfectamente que en estos movimientos haya deseos de vengarse, pero la grandeza es pasar por encima de esas cosas. Ya se han vengado lo suficiente, estos movimientos no se combaten con más violencia, sino viendo la raíz del problema. Y la raíz del problema es la profunda disconformidad de los palestinos por el trato que han recibido», dice luego Berr apelando a una salida al conflicto bélico.

Son estas las miradas las que, a su juicio, podrían contribuir a resolver el conflicto. «Hay pensadores judíos que entienden muy bien la situación, que han tenido la grandeza de colocar esto en el tapete», dice.  

«Llegó el momento en que gente con grandeza y el corazón bien puesto se siente a pensar, porque detrás de esto hay vidas de gente inocente en ambos lados», agrega. 

«Los palestinos no tienen nada que perder»

¿Qué ha sabido de lo que se está viviendo en Gaza estos últimos días?, le preguntamos a renglón seguido a Berr, quien insiste en que «sigue muriendo mucha gente, los palestinos tienen un pensamiento distinto, no le tienen pavor a la muerte, piensan en su religión, en el más allá, en la resignación. Si pudiera decir algo, es que ellos tienen la sensación de que no tienen nada que perder, porque casi lo han perdido todo. Los niños allá no tienen niñez, no tienen juventud, no tienen nada que perder, para ellos la muerte es un paso al más allá que no los complica».

«La impresión que tengo, es que ellos no están dispuestos a seguir en estas circunstancias si no se llega a un acuerdo justo, y si las instituciones internacionales, como las Naciones Unidas, la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia, China, no se sientan a conversar. Y las autoridades israelitas no se dan cuenta de que este camino los va a llevar a más terrorismo, lo cual es lamentable, evidentemente esto a nadie le gusta», comenta luego desde su aproximación real al conflicto de larga data.

¿Cómo observa el crudo día a día de Gaza? «Lo veo dramático, la gente que se quedó sin casa, anda dándose vueltas en las carreteras porque la hacen ir hacia el sur, cuando en el sur también están bombardeando. Yo no sé dónde está el pensamiento humano de la gente que está dirigiendo esta cosa, de ambos lados, por qué no se sientan a pensar una solución, este camino es la peor solución», dice. 

«Lo que piensan los palestinos es que le están quitando su tierra y sus derechos, porque quieren que toda Palestina pase para el otro lado, pero sin palestinos. Eso dicen, sea verdad o no, parecen tener cierta razón, porque todos los días construyen estos asentamientos que son ilegales y les quitan un pedazo de tierra, los discriminan en los caminos que circulan. Yo creo que si después de 70 años no se ha podido arreglar la situación, hay que buscar otros caminos, creo que la convulsión actual puede ser un punto de partida para buscar otros caminos, porque esta situación va a llevar a más violencia», asegura. 

Berr entiende perfecto lo que sucede en territorio palestino, porque lo ha visto. Por eso alude a cómo viven muchos de sus habitantes. «La situación de la gente allá sin casa… durmiendo entre los escombros, tengo muchas fotos de gente viviendo entre los escombros, la gente en Israel también, gente a la que le han secuestrado a alguien, es una angustia tremenda por ambos lados», cuenta en medio de un conmovedor relato. 

«Judíos y palestinos existen, no son eliminables»

«La sed de venganza tiene que dar paso a una actitud civilizada, darse cuenta que tanto judíos y palestinos existen, están ahí, son de verdad, no son eliminables. Tiene que haber alguien con grandeza», asegura luego apelando a una solución «que sea una paz justa y duradera, de lo contrario, esto va a seguir siendo una carnicería».

Siguiendo con su análisis testimonial de esta adversa contingencia, alude al ultimátum de 24 horas que Israel dio hace unos días a los palestinos, para que abandonen el norte de Gaza y se dirijan hacia el sur, lo que se genera en momentos en que los suministros básicos se mantienen cortados en medio de serios trascendidos de una embestida por tierra, un escenario que hace todavía más compleja la situación y que Berr entiende perfecto. «Mis amigos médicos me dicen que ellos no se piensan irse al sur de Gaza, en primer lugar porque tienen un compromiso con sus pacientes. Y en segundo lugar, dicen que ellos no se van a mover de su tierra, porque si se mueven, no la van a ver más», testimonia. 

«No quieren que pase lo mismo que sucedió en su tierra, en Nakba, cuando sacaron a los palestinos de su territorio que hoy ocupa Israel, dicen ‘no vamos a repetir esto, no vamos a dejar nuestras tierras vacías. Y si tenemos que morir en nuestra tierra, vamos a morir en nuestra tierra'», relata. 

«No hay un odio de raza»

Se trata de testimonios que nuestro entrevistado asegura, corresponden a «gente culta. Dónde se van? En el sur está lleno, ¿dónde se van a alojar?, ¿van a dormir en los caminos?, ¿en qué parte? Yo hablo con gente que no es fanática, es gente intelectualmente valiosa, que piensa, que no odia a los judíos, no odia a los palestinos. La gente piensa que los palestinos odian a los judíos y no es así, ellos podrán tener un rechazo violento a lo que llaman el sionismo extremo, pero no a los judíos, no hay un odio de raza, sino a la política contra los palestinos. Y eso es lo que tienen que aprovechar, recordemos que los judíos y palestinos convivieron por siglos y siglos en perfecta armonía». 

«Cuando voy para allá, veo a judíos amigos de los palestinos, he visto en la calle a judíos y palestinos reclamando en conjunto contra la discriminación contra los palestinos, hay que ponerle un poquito de civilidad a esto, mucho corazón y mucho de grandeza», agrega. 

Consultado finalmente si piensa regresar a Gaza, Berr asiente apuntando a la calidad humana del pueblo palestino. «Me encantaría volver muchas veces, los palestinos son gente encantadora, gente generosa, a mí me roban el alma cada vez que voy para allá, son gente humanamente muy valiosa, ahora que la situación haga que parezcan extremistas… no es que los árabes o los palestinos sean unos salvajes y animales, como los han tildado, creo que por los dos lados han ocurrido hartas cosas, recordemos que en el tiempo del año 48 hubo matanzas, mataron a un pueblo entero las milicias, los fanáticos que en ese tiempo había del lado de los israelitas», dice.

Sin embargo, agrega, «eso no significa que los judíos sean todos malvados ni mucho menos, yo tengo un gran concepto de los judíos, son gente valiosa, tengo amigos judíos. Y me da pena que no se pueda llegar a un acuerdo», concluye resignado.

 

 

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