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Exsubsecretario Gaspar: La migración es un fenómeno a asumir «como tarea prioritaria del país»

Por: Carolina Ceballos | Publicado: 29.12.2023
Exsubsecretario Gaspar: La migración es un fenómeno a asumir «como tarea prioritaria del país» Gabriel Gaspar | Agencia Uno
Ad portas de la llegada del 2024, el exsubsecretario de Defensa alude a los problemas de seguridad interna que tiene Chile, a los desafíos pendientes y al despliegue que debiera asumir el Ejecutivo en el ámbito del fenómeno migratorio, recalcando además que “ningún país puede resolver este problema solo».

Atendiendo a las distintas materias de preocupación del Estado, y a las alertas emanadas de ciudadanía en momentos en que el 2023 está ad portas de bajar la cortina, el exsubsecretario de Defensa, Gabriel Gaspar, aterriza en diálogo con El Desconcierto el momento en que, desde su punto de vista y ámbito profesional, nos encontramos como país, además de pasar revista a algunos temas regionales.

«Durante 2023 continuó y se profundizó el deterioro de la seguridad interior. Mas allá de la disputa por las cifras, todas las mediciones indican que para la población este es el tema más preocupante. Llama la atención el rápido deterioro de la seguridad y cobra particular fuerza para las ciudades con una alta concentración demográfica, como la Región Metropolitana y en las capitales regionales de nuestro norte», asegura.
De hecho, apunta a los crecientes índices que registra el país, asegurando que «si bien la media nacional es alrededor de seis homicidios por cada 100 mil habitantes, ese promedio se duplica y hasta triplica en la zona norte».

«El problema persiste»

Para el exsubsecretario, «pese a reiterados anuncios, tanto de proyectos de ley como de diversas iniciativas, el problema persiste».

«A todas luces se requiere una descarnada y profesional apreciación de la situación existente, es un tema que involucra no solo al gobierno, sino empieza a asumir características estatales, dado que todas las experiencias conocidas señalan que, sin un diagnóstico preciso (profesional y no ideológico), sin el compromiso de todas las agencias del Estado, y sin el apoyo de la población, es difícil avanzar», agrega.

Pero el análisis de Gaspar, trasciende a lo que menciona. Según él, «además de la construcción de un diagnóstico realista, la gestión también debe revisarse».

«En suma, asumir que estamos en presencia de un problema de características estatales (porque afecta a la nación toda); que exige un examen urgente y tan riguroso como nos sea posible para disponer de todas las capacidades del Estado junto al esfuerzo nacional para devolver la paz a las familias, en las calles, plazas y caminos del país retomando, por cierto, el control total de nuestro territorio», recalca luego.

«Esto va más allá de la contingencia»

Según la exautoridad de gobierno, «esto va más allá de la contingencia y va, por supuesto, más allá de las agendas y ambiciones personales».

«¿Es posible? Sinceramente creo que es posible (…) porque en tareas nacionales el país se une con voluntad, con una misión y una visión de país», dice.

Y agrega que «no sólo la sociedad y la opinión pública acogerían con entusiasmo esta gran tarea que permita que Chile vuelva a controlar su territorio, sino que se sumarían a este esfuerzo nacional la mayoría de las instituciones estatales, ya que la magnitud y profundidad de la crisis de seguridad interior ha desbordado dramáticamente la capacidad de las policías».

Las FF.AA en las macrozonas

Respecto de la situación que afecta a ambas macrozonas, norte y sur, Gaspar asegura que en ellas «la situación de seguridad se deterioró aceleradamente».

Y en cuanto al despliegue que se ha hecho, el exsubsecretario apunta a la contención vía Fuerzas Armadas (FF.AA.) del escenario de inseguridad que se evidencia en ellas. «Es obvio que, tanto el origen de los problemas, así como buena parte de su tratamiento, no es materia de las instituciones de defensa, ellas actúan en subsidio de otras agencias y otras agendas», sostiene.

«Se ha dicho reiteradamente que las FF.AA están diseñadas para defender a todos los chilenos y a su territorio, no para enfrentarse con chilenos y, por cierto, su entrenamiento y su armamento están dispuestos para la defensa en caso de una agresión externa», recalca.

En este sentido, plantea que «cuando un Estado se decide a emplear a sus FF.AA, define previamente qué quiere lograr con el empleo del instrumento militar. La pregunta es si ello está definido con claridad para ambas situaciones. Esa definición es responsabilidad del poder político, debe nacer del Ministerio de Defensa para proponérselo al gobierno, que lo deberá a su vez compartir con el Congreso con el fin de obtener la aprobación constitucional respectiva».

«No tener plena claridad de ello puede llevar a una situación difusa y pantanosa, que al paso que vamos, puede llevar a una presencia de las FF.AA. en ambas macrozonas a lo menos hasta el final de la actual administración. Es evidente que el patrullaje y presencia de las FF.AA. en ambas ha contribuido a disminuir los niveles de inseguridad, pero la pregunta obvia es qué pasaría si las retirásemos», se cuestiona.

Fenómeno migratorio se agrava

Respecto de la crisis migratoria, Gaspar asegura que esta «afluencia de ciudadanos de diversas nacionalidades, revela situaciones obvias».

«Es un fenómeno mundial y se está agravando por diversas razones (guerras, cambio climático, sequias), por lo cual urge asumirlo como una tarea prioritaria del país y de su política exterior en especial, porque ningún país puede resolver este problema solo».

De hecho, apunta a las variantes del fenómeno asegurando que, como se ha constatado, «una dimensión de este fenómeno es que ha sido utilizado por bandas delictuales del continente».

Para Gaspar, «la cooperación internacional es vital. Para ello es obvio que hay que tener capacidad de diálogo diplomático con otros Estados. Esto que pareciera obvio no lo es, porque muchas veces por razones políticas o ideológicas Chile ha mantenido frías relaciones con algunos países, es el caso de Venezuela. Las razones son varias, incluidas las políticas contingentes como lo representó el fiasco de Cúcuta en años anteriores cuando nuestras autoridades se hicieron presentes en la frontera colombo-venezolana».

«Si se trata de temas con otros países, hay que dejarlo a la Cancillería, que es el principal órgano de maniobra de nuestra diplomacia. Desgraciadamente, ese principio tampoco se ha seguido, lo cual no ayuda construir los puentes adecuados», agrega.

 

 

 

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