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Infructuosos intentos del Estado por recuperar piezas ancestrales: Moai y El Hombre de Cobre

Por: Matias Rojas | Publicado: 02.02.2024
Infructuosos intentos del Estado por recuperar piezas ancestrales: Moai y El Hombre de Cobre Moai chileno en Museo de Londres y Hombre de Cobre en Museo de Nueva York | Cedida
El caso de los moais que forman parte del patrimonio del Museo Británico de Londres o el caso de «El hombre de cobre» en el Museo de Nueva York, representan dos casos de larga data en que Chile, desde diversas instituciones, ha intentado recuperar parte de su acervo cultural para que esté presente en los museos del país. Una instancia que permite además pensar el legado colonial en el que se formaron muchas de este tipo de instituciones culturales en occidente.

«Devuelvan el moai«. «🗿». «Return the Moai». El mensaje se repetía una y otra vez en los comentarios de Instagram del Museo Británico de Londres. Los autores, chilenos que querían dejar en claro, medio en broma, medio en serio, a quién pertenecía esa pieza arqueológica. Tal fue el revuelo que desde la institución cultural europea tuvieron que limitar los comentarios para contener la ola de mensajes que inundaban cualquier post, la mayoría de ellos sin ninguna relación con el hecho.

Un dique que no tuvo efecto, porque incluso el mismo Presidente de la República Gabriel Boric hizo eco de los comentarios y en entrevista con Radio Chiloé afirmó en referencia a imagen país, que “cuando mostremos a Chile en el mundo, van a aparecer las Torres del Paine, van a aparecer los moai -que nos devuelvan el moai los ingleses-, también el desierto de Atacama y va a aparecer el Puente Chacao», un comentario al pasar mientras hacía referencia a la mega construcción que se desarrolla en el archipiélago.

«Amigo robado»

¿Pero a qué moai se hace referencia? Precisamente al Hakananai’a – que curiosamente su significado hace referencia a “amigo perdido, escondido o robado” – que data aproximadamente del año 1000 al 1200 y forma parte de la exhibición permanente en la Sala 24 del museo, como parte de la exposición “Vivir y morir”.

Esto luego de que un el tiktoker Mike Milfort- haitiano residente en Chile desde hace años- llamara en sus videos humorísticos a que el museo devolviera la figura.

@mikemilfortversionmaloY el museo británico? Ladronette♬ LA FALDA – Myke Towers

Pero no es el único moai en posesión de un museo inglés. Porque también cuentan con el Moai Ava -traducido como “sucio, repudiado, rechazado o perdido”- que data de entre los años 1100 y 1600, se encuentra itinerante en diferentes museos de Inglaterra.

¿Cómo llegaron los moais a Inglaterra?

En 1868, cuando la Isla de Pascua aún no formaba parte del territorio chileno, la tripulación del barco de reconocimiento británico HMS Topaze visitó Rapa Nui.

Durante esta visita, los dos moais fueron sustraídos de la isla y llevados a Gran Bretaña. Hoa Hakananai’a fue obsequiado a la reina Victoria, quien luego lo donó al Museo Británico. Por otro lado, Moai Hava fue donado de forma directa al museo.

Repatriación

Sobre la posibilidad de repatriarlos, la subsecretaría del Patrimonio Cultural aseguró a La Tercera que “en relación al moai Hoa Hakananai’a, el 22 de enero de 2024, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio recibió una solicitud por parte de la cartera de Bienes Nacionales para incorporar una nueva contraparte institucional referida a la propuesta de acuerdo de 2018 entre el Estado de Chile y el British Museum. Los antecedentes serán analizados en conjunto con el ministerio de Relaciones Exteriores para evaluar futuras acciones en relación a este tema. De acuerdo a registros del Consejo de Monumentos Nacionales, este último es una de las 12 estatuas (moai) y tocados (hau) ubicados fuera del país”.

«El hombre de cobre»

Otro caso emblemático de una pieza arqueológica de origen chileno en el extranjero es «El Hombre de cobre». De origen atacameño esta recién fue descubierta en 1899 en la Mina Restauradora, cerca de Chuquicamata, y sus restos actualmente residen en el Museo de Historia Natural de Nueva York.

Sin embargo, hay planes para que regrese a nuestro país, específicamente a Calama. La Municipalidad de la comuna nortina inició gestiones, durante 2023, a través de la Dirección de Museos de la Corporación de Cultura y Turismo, en colaboración con Codelco Distrito Norte y la Cancillería, para lograr este ansiado retorno.

«El patrimonio nos pertenece a todos y lo ideal es que este en su lugar de origen, siempre y cuando se tengan las condiciones necesarias para su mantención», asegura Osvaldo Rojas, director del Museo de Historia Natural y Cultural del Desierto Florido, una de las personas que encabeza este proyecto de repatriación, en conversación con El Desconcierto.

Es así que «tenemos un grupo de trabajo interdisciplinario dedicado a la repatriación porque creemos que tenemos las condiciones para mantenerlo igual que en Estados Unidos, o incluso mejor», agrega.

Para lograrlo «se necesitan apoyos políticos y económicos. Desde Cancillería existe el compromiso de poder intervenir en estas materias y el Museo de Nueva York tiene buena disposición para lograr la repatriación. Incluso, esa institución cultural hace un mes y medio sacó una normativa en que retira todos los restos humanos de sus exposiciones», lo que aumentaría las chances de repatriarlo, comenta sobre los avances en la materia.

Más de 1500 años

La pieza arqueológica fue hallada bajo un socavón, presumiblemente causado por un derrumbe en una época en que la minería se practicaba de manera rudimentaria. En aquel entonces, tenía una antigüedad de 1,500 años y estaba cubierto por el característico color verde del mineral de cobre.

Las características de este lican-antay llamaron la atención a nivel mundial, tanto que despertaron el interés de muchos compradores. Finalmente, el banquero y magnate J.P. Morgan logró adquirirlo y posteriormente lo donó al Museo de Historia Natural de Nueva York.

Descolonizar museos

Unas piezas arqueológicas que donde subyace la pregunta por la descolonización de los museos y la recuperación de los patrimonios, como una forma de repensar como se han construido los principales museos en occidente. Desde las instituciones del primer mundo se sostiene que en los países de origen de este tipo de piezas arqueológicas no existen las condiciones adecuadas para su conservación.

Algo que es refrendado según la visión de Paula Solimano, jefa del Área de Museografía y Diseño del Museo de la Memoria y los DDHH. «Uno puede ver el colonialismo en varios aspectos; lo más evidente tiene que ver con el argumento que dan los mismos museos para no restituir las piezas, que tiene que ver con la infraestructura, los recursos y las condiciones materiales de las instituciones locales», asegura a El Desconcierto.

«Desde los museos chilenos, por ejemplo, es bastante irreal, es como que nos deja fuera del juego inmediatamente y también pone como norma una manera de relacionarse con los objetos que no les corresponde. Creo que son precisamente las comunidades que crearon estos objetos las que deben poder de decidir sobre estas«, agrega

Ya que de esta forma se busca «imponer una manera de relacionarse con la identidad, con el patrimonio y con la historia», afirma Solimano.

Repensar el pasado colonial

Esto en el marco de que el Museo de la Memoria y los DDHH ha comenzado a trabajar en un programa trasnacional llamado Contested DesireConstructive Dialogues una iniciativa que busca fomentar el diálogo, el intercambio y la reflexión sobre el pasado colonial europeo y sus implicancias en la identidad cultural actual, especialmente ligado a las colecciones de museos y sitios patrimoniales.

Es así que el museo chileno ha sido invitado como el único museo de memoria este proyecto que tendrá una duración de 3 años (2024- 2026), para así promover la innovación social y cultural a través arte contemporáneo para reflexionar sobre el legado de colonización europea que aún se conserva en colecciones de museos y sitios patrimoniales, y que se ve reflejado en el caso de los Moais.

Es relevante que nos hayan invitado como museo a participar en la forma en que los museos en Europa repiensan sus colecciones y sus archivos. Porque gran parte de su acervo lo han conseguido mediante guerras, invasiones, con una apropiación cultural muy significativa, afirma María Fernanda García, directora ejecutiva del Museo de la Memoria y los DDHH. «Por lo tanto, el que estén repensando su forma de exposición o incluso de devolver ciertas piezas es relevante», concluye.

Una instancia que va a permitir repensar como se construye el patrimonio y de qué forma los museos occidentales han llegado a casos tan emblemáticos como los dos moais en el Museo Británico o «El Hombre de Cobre», que aún después de años de negociaciones no puedan estar en museos chilenos.

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