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Funcionan en Australia: Consejos para ciudades más resistentes ante incendios forestales

Por: Nicolás Sánchez | Publicado: 13.02.2024
Funcionan en Australia: Consejos para ciudades más resistentes ante incendios forestales Confirman intencionalidad en los incendios forestales | Agencia Uno
Corporación Ciudades, agrupación que vela por el bienestar territorial analizó los lineamientos de planificación de Australia y elaboró una lista de sugerencias para una ciudad más resistente frente a incendios forestales. Los consejos abarcan desde normas que protegen colegios y hospitales de zonas de riesgo a medidas de concientización de las comunidades.

En un contexto social, en el cual se puede apreciar diversos lugares azotados por los estragos de los incendios forestales luego de la tragedia recientemente ocurrida en la Región de Valparaíso (que dejó a más de 130 víctimas fatales), uno de los puntos en los que convergen los expertos es la necesidad de perfeccionamiento de la planificación urbana.

Es por esto que Corporación Ciudades analizó los efectos de los incendios forestales en Australia, otro país afectado regularmente por estos siniestros. Luego de un recorrido por los lineamientos de planificación urbana del país de Oceanía idearon un decálogo en el que se entregan sugerencias para una ciudad más resiliente en cuanto a este tipo de desastres.

“Todos los años tenemos desastres más intensos. Las ciudades deben adaptarse integralmente al cambio climático, en relación con el manejo del agua, de las olas de calor y de los incendios en las zonas de interfase urbano-rural. Hay experiencia internacional que se puede observar y así adaptar nuestras ciudades para mitigar las condiciones que terminan transformándose en desastres”, explica el director ejecutivo de Corporación Ciudades, Martín Andrade.

Las sugerencias van en la línea de la construcción y el crecimiento de la ciudad. La organización pone principal énfasis en la posición estratégica de zonas de interfase urbano-rural, definidas por Conaf como «aquella zona de transición donde un bosque entra en contacto con sectores edificados, habitados y áreas urbanas».

Identificar zonas de riesgo

En primer lugar se deben identificar las zonas, predios y sectores que se consideren como propensos a la activación de focos y siniestros. De esta manera, para evitar desastres y tragedias de magnitud, sugieren desde la organización que se aplique una serie de normas específicas para estos lugares en las zonas de interfase urbano-rural.

Construir en contra del viento

Martín Andrade, director ejecutivo de Corporación Ciudades hace especial énfasis en la relevancia de un crecimiento urbano-rural en el sentido contrario del viento, uno de los principales factores por lo que se propaga el fuego rápidamente.

Es por esto, que argumentan que en los instrumentos de Planificación Territorial debiesen existir estudios relacionados a «corrientes predominantes de viento que permitan identificar zonas más propensas a ser afectadas por incendios».

«Las ciudades deben crecer en sentido contrario de zonas de más riesgo», asegura Andrade. 

También aseguran que en el Plan Regulador de la comuna en cuestión deben considerarse las zonas más propensas a inicio de focos e incendios, para de esta manera regular que las expansiones y crecimiento urbano se realicen hacia en el sentido contrario; disminuyendo pérdidas humanas y de edificaciones urbanas.

Proyectar áreas de resguardo

También sugieren la mayor proyección de zonas de resguardo a través de caminos perimetrales en la intefase urbano-rural. Se trata de una herramienta en contra de la propagación del fuego gracias. Andrade ejemplifica con «vías de circulación que puedan delimitar y separar» las viviendas de los focos activos. 

Separar usos peligrosos y equipamiento crítico de vegetación

Debido a su fuerte poder de propagación de fuego, la instalación de servicios de uso peligroso como bombas de bencina e industrias que manejen materiales inflamables, debe ser condicionada por el Plan Regulador, para así evitar su asentamiento en sectores en los que conviven lo urbano con lo rural.

Al mismo tiempo, los lineamientos de planificación debiesen evitar la construcción en zonas de interfase de colegios y hospitales debido a su calidad de equipamiento crítico y de bienestar público.

«Muchas veces por la falta de espacio se instalan cerca de vegetación, pero esos usos debiesen estar alejados. Deben estar fuera de las zonas de interfase», asegura Andrade sobre la sugerencia. 

Planes de limpieza constantes

Otro factor que se posiciona como uno de los más relevantes es una constante revisión a la vegetación en zonas urbano-rurales. De la mano de la identificación de zonas de riesgo debido a su alto potencial para el inicio de focos de incendios, argumentan desde Corporración Ciudades que se debe actuar con inspecciones regulares en cuanto a podamiento y control de crecimiento en «espacios públicos, predios y zonas forestales». 

«Sin esto se ve un caos, porque la vegetacion crece vertical y horizontalmente «, afirma Martín Andrado el mismo tiempo que recalca la importancia de mantener el distanciamiento que puede verse entorpecido por crecimientos descontrolados de vegetación de todo tipo.

Concientización de habitantes

Una de las herramientas, la cual es la más importante y la más difícil, trata sobre la concientización de las poblaciones sobre su forma de relacionarse con las zonas de interfase. En las sugerencias de Corporación Ciudades afirman que es necesario el trabajo territorial y la educación en los siguientes temas:

-Paisajismo: Afirman que es crucial evitar el uso de especies propagadoras de fuego en jardines personales y públicos, para de esta manera disminuir el avance del fuego en zonas urbano-rurales. Sugieren que se norme y evite el uso de «especies que tienen aceites, como el pino y el eucalipto, que acelera la combustión. Hay otras que generan muchas ramas y mucho material combustible», según el portavoz de la organización. 

-Cercos vivos: Bajo la misma lógica, se busca desincentivar el uso de troncos y palos como cercos en lugares rurales, materiales que solo propagan el siniestro en el caso del contacto con las llamas. «El mismo limite puede propagar incendios» observa Andrade. 

-Líderes comunitarios: Los primeros en reaccionar ante el fuego son los mismos locatarios, cuyas acciones pueden llegar a condicionar por completo el comportamiento del fuego. Es por esto, que en la lista sugieren la relevancia de una mayor capacitación de comunidades, instruyendo una serie de respuestas óptimas ante los siniestros.

Afirma Andrade que las medidas comunitarias deben ir desde lo más básico, como evitar «acumulación de madera y basura» a lo más crucial, como «entender que información dar (a las autoridades y Bomberos), saber cómo decir dónde se ubica el incendio y qué características tiene», continúa.

«Se debe entender y movilizar a las zonas más vulnerables», afirma el director ejecutivo de Corporación Ciudades. 

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