Estudio por 450 casos de trauma ocular: «Número inédito de víctimas en historia de humanidad»

Una investigación liderada por académicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, encabezados por los profesores Patricio Bustamante y Joaquín Varas, ha arrojado luz sobre el devastador impacto de los traumas oculares sufridos por cientos de personas durante el Estallido Social ocurrido en Chile en 2019.

Este estudio, realizado en colaboración con el Departamento de Tecnología Médica, el Departamento de Terapia Ocupacional y Ciencia de la Ocupación, y profesionales del Departamento de Oftalmología del Hospital del Salvador, revela no solo las condiciones de pérdida irreversible de la visión, sino también el significativo impacto en la vida diaria y laboral de los afectados.

Según los hallazgos de la investigación, publicada en la prestigiosa revista International Ophthalmology, se diseñó un índice de impacto visual-funcional (IPVF) para cuantificar las dificultades enfrentadas por las personas con pérdida de visión severa.

Este índice muestra una relación directa entre la pérdida visual y las dificultades en actividades cotidianas esenciales, como la precisión manual, el desplazamiento seguro, y el desempeño laboral y educativo.

En este contexto, el estudio concluye que el uso de armas cinéticas para el control de multitudes durante el Estallido Social resultó en un IPVF alto y extremo, y, en la mayoría de los casos, ceguera monocular.

Esto ha causado grandes dificultades en el trabajo, estudio y desarrollo de hobbies y pasatiempos en la población afectada.

El profesor Patricio Bustamante, académico del Departamento de Tecnología Médica de la U. de Chile, destaca la necesidad de abordar este problema de salud pública con una estrategia multidisciplinaria.

Además, resalta el compromiso de la Universidad de Chile en la creación de un programa integral de atención para las víctimas, que incluye apoyo psicológico y provisión de prótesis.

Un número inédito de víctimas de trauma ocular en la historia de la humanidad

Por su parte, el profesor Joaquín Varas, académico del Departamento de Terapia Ocupacional y Ciencia de la Ocupación del mismo plantel, subraya la magnitud sin precedentes del problema, indicando que «son 450 casos reportados más o menos. Es un número inédito de víctimas de trauma ocular en la historia de la humanidad«.

Además, los académicos hacen hincapié en el impacto psicosocial y laboral de la pérdida visual, apuntando a casos de personas que han tenido que adaptarse a vivir con prótesis oculares o incluso han enfrentado el estigma y la discriminación por su discapacidad visual. Trágicamente, algunos afectados han llegado al suicidio debido a la falta de apoyo adecuado.

La publicación de este estudio en una revista de prestigio internacional no solo coloca a Chile en el foco de la comunidad científica mundial respecto a los derechos humanos y el uso de la fuerza durante protestas sociales, sino que también establece un precedente crítico para el abordaje de traumas oculares en contextos de manifestaciones.

Los autores del estudio abogan por la prohibición global del uso de perdigones y una reforma en los protocolos policiales para el control de multitudes.

En resumen, esta investigación destaca la urgente necesidad de atención rehabilitadora efectiva para las víctimas de traumas oculares, así como la importancia de revisar las prácticas de control de multitudes y el uso de armas por parte de las fuerzas de seguridad en Chile y en todo el mundo.

Cifras del Estallido Social

Durante el período comprendido entre el 17 de octubre de 2019 y el 18 de marzo de 2020, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) presentó ante los tribunales de justicia un total de 3.216 querellas, en representación de 3.777 víctimas de violaciones a los derechos humanos ocurridas durante el Estallido Social en Chile.

Estas querellas abordan una amplia gama de delitos, destacando 2.252 casos de apremios ilegítimos, 582 de torturas, 223 de violencia innecesaria, y 159 de otras formas de vulneración.

A pesar de esta cifra significativa de querellas, hasta la fecha solo 33 de ellas han obtenido sentencias condenatorias, firmes y ejecutoriadas.

La distribución de las víctimas muestra que un 75% son hombres y un 25% son mujeres, con una edad promedio de 26 años.

Además, 1.486 de las víctimas pertenecen a algún grupo de especial protección, incluyendo niños, niñas y adolescentes, personas mayores, personas con discapacidad, personas LGTBIQ+, y personas migrantes.

En cuanto a los hechos denunciados, se registraron un total de 6.807 hechos vulneratorios, siendo los más frecuentes las golpizas, los disparos y los desnudamientos. La mayoría de estos incidentes ocurrieron en espacios públicos, aunque también se reportaron casos en sitios de custodia y vehículos de traslado.