Académicos confirman: Auge minero expone cada vez más a metales pesados a antofagastinos

El auge minero en la Región de Antofagasta ha dejado una huella ambiental extendida hasta aproximadamente 70 kilómetros, según revelan dos estudios liderados por investigadores de la Universidad de Heidelberg y la Universidad de Chile.

Estas investigaciones, basadas en el análisis de anillos de árboles y polvo acumulado en viviendas, destacan un aumento significativo en la presencia de metales tóxicos desde la década de 1990, coincidiendo con el boom minero en la zona.

El estudio de los anillos de árboles reveló la presencia de metales como antimonio y cadmio en territorio indígena de Alto El Loa, atribuido al aumento histórico de la producción minera en la región.

Además, otro análisis encontró altas concentraciones de metales como arsénico, cobre y plomo en el polvo recolectado en viviendas de la misma zona.

Los investigadores enfatizan la necesidad de implementar soluciones que protejan tanto la salud pública como el medio ambiente en las zonas mineras.

Advierten sobre los riesgos para la salud, como problemas respiratorios y enfermedades cardiovasculares, asociados a la exposición prolongada a estos metales tóxicos.

Estos hallazgos resaltan la importancia de establecer regulaciones ambientales más estrictas y mejorar la gestión de los depósitos de relaves.

Además, ponen de relieve la necesidad de considerar los impactos ambientales de la actividad minera en un contexto de creciente preocupación por el medio ambiente a nivel global.

En un momento en que la Unión Europea ha aprobado una ley que exige a las empresas demostrar prácticas ambientales y laborales responsables en sus cadenas de suministro, estas investigaciones subrayan la urgencia de tomar medidas para garantizar un desarrollo sustentable en las comunidades afectadas por la actividad minera en Chile.