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“Me siento vacía, me siento mutilada”: El testimonio de una mujer con VIH esterilizada en contra de su voluntad

Por: El Desconcierto | Publicado: 12.11.2020
“Me siento vacía, me siento mutilada”: El testimonio de una mujer con VIH esterilizada en contra de su voluntad Imagen referencial | Unsplash
«Cuando tú tienes ganas de tener otro hijo, y te llega el periodo, pero no puedes quedar embarazada, te duele. Hasta que cuando iba a presentar la demanda un médico me dijo: ‘Parece que se ensañaron contigo porque te cortaron [las trompas de Falopio] más de lo normal’, relató Francisca, sobre la violencia obstétrica que vivió en el Hospital de Curicó, por ser VIH positiva.

Un reportaje de la BBC reveló la desgarradora historia de una mujer chilena, identificada bajo del seudónimo de Francisca, quien fue esterilizada en contra de su voluntad por ser portadora del VIH/SIDA.

Los hechos ocurrieron el año 2002 en el Hospital de Curicó, cuando Francisca tenía 20 años. La mujer llegó al recinto a dar a luz a su primer hijo, y cuando la llevaron a la sala de parto, una enfermera comenzó a atacarla verbalmente.

Cuando me llevaron a la sala de parto, la enfermera me dijo que personas como yo [con VIH], no debían tener hijos y que yo debiera haber abortado. Me decía: ‘Eres una inconsciente, porque qué futuro le espera a tu hijo si tú te vas a morir’».

Yo me había enterado de que tenía VIH cuando estaba embarazada, pero no podía dar marcha atrás. Yo quería ser mamá, era mi sueño. No podía eliminar algo que yo quería”.

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“Pero en el momento [del parto] yo me sentía muy mal, no sabía si es que había hecho bien con tenerlo o si había hecho mal. Me cuestionaba a mí misma.

De verdad fue desgarrador, me duele el alma. Estaba con todo el dolor del parto y que una persona te esté diciendo que te vas a morir y que a lo mejor no vas a conocer a tu hijo y con todo el desconocimiento que yo tenía en ese momento, me da rabia, frustración.

Es horrible sentirse discriminada en ese momento y con ese nivel. En vez de dar apoyo, te decían que personas como yo no debían tener hijos. Y después al otro día, como si nada, me dicen: ‘Estás esterilizada, ya no vas a poder tener más hijos’.”

Según recoge la BBC, desde que Francisca supo que estaba embarazada comenzó su tratamiento con antirretrovirales para proteger a su hijo del virus, y programó una cesárea en el hospital en donde, posteriormente, la esterilizaron mediante la ligadura de las trompas de Falopio sin obtener su consenso.

“Pensé que [esterilizaban] a todas las personas con VIH”

Su caso lo está llevando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a través de una vía amistosa, tras una demanda que Francisca presentó en el organismo contra el Estado chileno.

El único organismo estatal que entregó información al medio, señalan, fue el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, desde donde afirmaron que “que el Estado de Chile firmará un acuerdo de solución amistosa con Francisca» y que «dentro de las medidas para indemnizar(la) se considera la entrega de un subsidio para adquirir una vivienda de hasta 950 UF (alrededor de 27.364.000 pesos chilenos o US$737.000)».

“No tenía ni idea de que me iban a esterilizar”, continuó Francisca en su relato. “Yo pensé que a todas las personas con VIH se lo hacían.

Yo me encerré mucho en mi enfermedad, solo supe del procedimiento que tenía que seguir para que mi hijo naciera sano. Mi primera prioridad fue proteger a lo que tenía dentro de mi guatita, entonces me dediqué a tomar todos los medicamentos, hacer todos los controles, porque yo tenía que cuidarlo”.

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“Al inicio nunca vi más allá de mis derechos ni nada. Después, yendo a los controles rutinarios, me empecé a contactar, a abrir más con personas que tenían mi misma condición y ahí me fueron informando que no era legal, que me habían violado mis derechos, que no debieron haberme esterilizado.

Mi hijo tenía un año cuando yo ya veía las cosas desde otro punto de vista. Pero ahí vino el proceso de buscar a las personas que quisieran llevar el caso, porque no cualquiera te quiere representar. Saben lo que conllevaba llevar el caso. Hasta que encontré a unos abogados que no tuvieron problemas.

Cuando me hicieron los exámenes para presentar la demanda, recién me dijeron qué nivel de daño tenía. Hasta entonces no sabía el daño que tenía adentro.

El segundo año yo todos los meses esperaba quedar embarazada, esperaba que no me llegara el periodo y cuando me llegaba, sufría mucho porque otra vez lo había intentado y no podía.

Cuando tú tienes ganas de tener otro hijo, y te llega el periodo, pero no puedes quedar embarazada, te duele. Hasta que cuando iba a presentar la demanda un médico me dijo: ‘Parece que se ensañaron contigo porque te cortaron [las trompas de Falopio] más de lo normal’.

La batalla contra el ausente Estado chileno

Francisca continúa en una batalla legal contra los médicos que la dejaron estéril. En 2007 presentó una denuncia contra el médico que la había operado por lesiones graves, la cual fue archivada en 2008 por falta de pruebas y porque según dijo el hospital en el momento, Francisca había dado consentimiento verbal para la esterilización.

Después, el 2009 Francisca denunció al Estado por esterilizarla sin su consentimiento ante la CIDH. Este organismo admitió el caso en 2014, y el 2017 organizó una audiencia pública con ambas partes.

La defensa de la mujer pudo demostrar que no existía la constancia de su decisión en un documento con su firma, la del médico tratante y la del director o directora del centro médico, lo cual era requerido por la ley chilena para acceder a una esterilización.

Finalmente el Estado chileno ofreció firmar un acuerdo amistoso con Francisca y ella aceptó. Pero hasta el momento, Francisca y sus abogados están a la espera de que el Estado firme el pacto.

“Ahora me da mucho miedo volver al hospital”

“Somos seres humanos, tenemos derecho a opinar, a decidir, el VIH no es algo que te pueda desligar de responsabilidades”, expresó Francisca.

“Yo no me siento anormal por ser VIH, me da más fuerzas todos los días para seguir luchando. Con tus medicamentos diarios es como si no tuvieras nada.

¿Por qué te pueden discriminar, por qué tomar decisiones que le corresponden a uno?

Ahora me da mucho miedo volver al hospital, por la mínima cosa, porque yo digo si una vez fui a tener un hijo y salí mutilada, en qué condiciones voy a salir si es que voy por otra enfermedad.

Al final, la esterilización ha sido más dolorosa que la enfermedad [VIH], porque la enfermedad ya la acepté, ya me tocó.

Pero la esterilización no, porque me mutilaron. Me siento vacía, me siento mutilada, es como si te faltara un brazo, una pierna.

[Es una] cosa que yo tenía bien y a mí me la quitaron. ¿Por qué? Porque ellos decidieron que era lo mejor para mí, porque personas como yo no pueden seguir siendo mamás, encuentro que es muy injusto.

Yo fui a tener a mi hijo, no para que me mutilaran. Me entregaron parte de mí, pero me sacaron la otra.

Me ayudaron a tener a mi hijo, pero me sacaron la fertilidad y eso duele, tanto como si hubiesen eliminado a mi hijo”, concluyó.

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