El tiempo es oro en Chile: Estudio revela que 53% de las mujeres son pobres de tiempo versus un 36% de los hombres

La desigualdad de tiempo es un indicador que no está considerado cuando se habla de pobreza en Chile. Al tomarlo en cuenta, se puede establecer que las mujeres son más pobres en términos de tiempo en cualquier contexto y relación que enfrenten: jóvenes, mayores, trabajadoras, cuidadoras, madres, emparejadas o solteras.

Así lo indica el estudio de la Fundación SOL denominado “¿El tiempo es oro?: Pobreza de tiempo, desigualdad y la reproducción del Capital”. Según una de las investigadoras, Andrea Sato, es importante «construir nuevos indicadores y debate en torno a qué pasa con el tiempo hoy día, cómo lo utilizamos y cómo es un nudo de discriminación».

Entre los hallazgos más relevantes se detalla que el tiempo como factor de discriminación para las mujeres está relacionado con su doble presencia, tanto en el trabajo doméstico y de cuidados, como en el trabajo productivo y remunerado.

Indica que 53% de las mujeres que trabajan, ya sea remuneradamente o sin paga, se encuentran en pobreza de tiempo, mientras que en el caso de los hombres un 36% enfrenta esta situación. En el caso de las personas que no son parte del mercado laboral, la brecha permanece: un 20% de las mujeres son pobres de tiempo, frente a un 2% de los hombres.

En las categorías de hogar, el porcentaje más alto lo representan las mujeres que viven en un hogar nuclear con su pareja e hijos, quienes un 61% enfrentan la pobreza de tiempo versus un 40% de los hombres. Aquellos hogares nucleares sin hijos, la mujer es un 45% pobre de tiempo en comparación a un 30% de los hombres.

Independiente del tipo de hogar, los varones siempre hacen menos cantidad de horas de trabajo no remunerado. En promedio ellos dedican 18,1 horas semanales al trabajo doméstico y de cuidados, las mujeres ocupan más del doble de tiempo, con 41 horas por semana.

Sato explica que hicieron una simulación para ver cuántas personas dentro de un hogar realizaban trabajo doméstico mínimo de dos horas diarias. “La mayoría de las personas que viven en un hogar hacen alguna actividad, desde recoger la mesa hasta limpiar, pero al limitar ese tiempo la participación de los varones desciende. Pero olvidémonos que el tipo cocina, lava la loza, plancha o cualquier actividad que exceda dos horas”, señala.

Posible aumento de pobreza de tiempo durante pandemia

El informe también explica que en los hogares hay estructuras jerárquicas, determinadas por género, edad, parentesco, ingresos, entre otras otras. Los hogares dependen de los ingresos generados por el trabajo remunerado, pero también del trabajo doméstico, de cuidados y emocional, el que demanda mucho más tiempo.

La pandemia obligó a las personas a estar mucho más tiempo en sus hogares. Desde Fundación SOL proyectan que la situación empeoró, especialmente para las mujeres. Andrea Sato indica que en base a datos emitidos en España, en pandemia las mujeres trabajan casi el triple de lo que ya trabajaban.

Agrega que es importante considerar que “la división sexual del trabajo no observa solo horas, si no el esfuerzo y agotamiento que implica esa labor” ya que las mujeres casi siempre se encargan de cocinar, lavar, hacer tareas con los hijos, mientras los hombres recurrentemente sacan a pasear a sus mascotas, juegan con sus hijos o los transportan.

Sin embargo, no se tiene datos exactos de cómo se ha vivido este periodo en Chile ya que la Encuesta Nacional del Uso de Tiempo, planificada para aplicarse durante 2020, fue descartada por el Instituto Nacional de Estadísticas argumentando falta de recursos e imposibilidad de visitar los hogares.

Reducir la jornada laboral: el piso mínimo

Actualmente el proyecto que busca reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales es discutido en la Comisión de Trabajo del Senado, luego de que estuviera congelado tras la aprobación en la Cámara de Diputados en noviembre del 2019.

Desde Fundación SOL afirman que es fundamental la aprobación del proyecto, considerando que Chile tiene una de las jornadas laborales más extensas del mundo. “Hay que empezar a mirar propuestas. Claramente la productividad no va a disminuir porque en Chile lo único que ha hecho es aumentar durante las últimas dos décadas, pero eso no ha implicado mejorar las condiciones de trabajadores y trabajadoras, tampoco aumentar sus sueldos”, comenta Andrea Sato.

La investigadora agrega que se debería priorizar las actividades de desarrollo personal por encima de las productivas. “Los tiempos que vivimos en la actualidad giran en torno a lo que el mercado le ha dado un valor, pero los tiempos que son para garantizar el bienestar no están valorizados. Establecemos una jornada extenuante de 45 horas laborales y a partir de esas horas es que tenemos que organizar todas las otras actividades que nos permiten estar bien”, explica.

Reducir la jornada laboral es el piso mínimo para tener un “buen vivir”, según Sato. Sin embargo, esta medida no garantiza que las mujeres puedan disponer de más tiempo. Por esto, llama a tener una discusión profunda respecto al tiempo necesario para la vida.

Revisa el estudio completo acá: