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Opinión

¿Por qué ahora? Lo que se encierra tras la Libertad Condicional

Por: Sergio Faúndez | Publicado: 05.05.2016
¿Por qué ahora? Lo que se encierra tras la Libertad Condicional reos |
Desde el año 1925 que existe la libertad condicional, son más de 90 años desde que se les otorga a presos y presas, pero es hoy, ad portas de que el ala más conservadora del Gobierno pierda definitivamente puntos clave de su “programa contra la delincuencia” -en la revisión de los puntos rechazados de la Agenda Corta en la comisión mixta recién constituida-, es que se hace noticia, ¿coincidencia o maniobra política?.

Desde el año 1925 que existe la libertad condicional, son más de 90 años desde que se les otorga a presos y presas, pero es hoy, ad portas de que el ala más conservadora del Gobierno pierda definitivamente puntos clave de su “programa contra la delincuencia” -en la revisión de los puntos rechazados de la Agenda Corta en la comisión mixta recién constituida-, es que se hace noticia, ¿coincidencia o maniobra política?

Tras el bullado otorgamiento de 1612 libertades condicionales, y frente al desconocimiento generalizado de lo que significa y cómo se otorga esta institución, es necesario entender el funcionamiento de la libertad condicional, y la manera en que se otorga.

Para acceder a la libertad condicional hay que cumplir con ciertos requisitos: mitad o más (para algunos delitos, cómo el tráfico de drogas, por ejemplo, se exige 2/3) de la condena cumplida, muy buena conducta durante los 3 bimestres anteriores a la postulación, ir constantemente al colegio y participar activamente de talleres.

Tal como señaló la Corte Suprema, los internos e internas son propuestos por Gendarmería dos veces al año y a través de dos listas: la Lista 1 la integran presos y presas que cumplen con todos los requisitos que se exigen; y por otro lado la Lista 2, que contiene a quienes tienen el tiempo cumplido y la buena conducta, pero no tienen colegio y/o talleres. Para otorgarle la libertad condicional a personas de la Lista 1 se requiere mayoría simple de la Comisión, y para quienes están en la Lista 2, debe otorgárseles por unanimidad.

Se ha dicho que muchos de los libertos y libertas condicionales tenían un informe desfavorable de Gendarmería, y que aun así las Comisiones de Libertad Condicional les habían otorgado de igual manera este cumplimiento alternativo, pero estos informes favorables o desfavorables que emite Gendarmería no son un criterio ni un requisito legal para otorgar o no la libertad condicional.

Lo fundamental es que la Comisión debe guiarse por lo que establece la ley, la cual ya es bastante exigente para acceder a la libertad condicional. Además, en aquellos casos en libertos condicionales que vuelven a delinquir, el sistema ya se había anticipado con sanciones y castigos: primero, se revoca la libertad condicional (art. 35 Nº 1, del Reglamento de la Ley de libertad condicional), además se establecen agravantes de responsabilidad penal por cometer un delito durante la libertad condicional (art. 12 Nº 14 del Código Penal), y se le excluye para siempre de la posibilidad de acceder a una rebaja de condena (art. 17 de la Ley 19.856).

Por último, es necesario recalcar que la libertad condicional no significa que la pena está cumplida. Los y las internas siguen cumpliendo condena, pero en el medio libre, sujetos/as a las obligaciones de residir y permanecer en el lugar señalado por la Comisión, obedecer las órdenes del Tribunal de Conducta y firmar semanal o mensualmente en los antiguos patronatos de reos. Si no se cumplen estas obligaciones, se revoca la libertad condicional volviendo a cumplir el saldo en la cárcel.

Así es como opera el sistema de la libertad condicional. Como un incentivo intrapenitenciario al buen comportamiento, para acceder al cumplimiento fuera de la cárcel, permitiendo un retorno paulatino de nuestros presos y presas al medio libre. Desde sus inicios se ha erigido como un mecanismo de reinserción social, y hoy el populismo político, a través del miedo y la desinformación, intentan hacer parecer la libertad condicional como un festín de la delincuencia. La sociedad civil organizada e informada, sabe que esa fiesta se baila en otros lugares, mucho más refinados y elegantes.

 

 

Sergio Faúndez