Que pena siente el alma: Isabel Parra condiciona uso de la canción para documental de Redolés

El primero de mayo de 1975 Mauricio Redolés, que en ese entonces era preso político en la Cárcel Pública de Valparaíso, fue invitado por sus compañeros a cantar en una pequeña reunión en una celda para conmemorar el Día Internacional del Trabajador. En esa ocasión, por primera vez y a los 21 años, Mauricio cantó en público. Los temas escogidos por él fueron “Los Momentos” de Eduardo Gatti, “Nuestro México, Febrero 23” de Samuel Margarito Lozano y “Que Pena Siente el Alma”, de Violeta Parra.

El año pasado, con ocasión de cumplirse cuarenta años de esa primera actuación de Mauricio Redolés, se realizó un recital en la ex – Cárcel de Valparaíso, convertido ahora en Parque Cultural, en donde Mauricio interpretó, entre otros, los tres temas antes mencionados.

Como realizador cinematográfico me interesó profundamente realizar un registro de ese momento con la posibilidad, en gestación, de convertirlo en largometraje. La historia me pareció interesante pues abarcaba varias temáticas relevantes (violación a los derechos humanos en la dictadura de Pinochet, memoria del comienzo artístico de un gran creador chileno como lo es Mauricio Redolés, conmemoración de una contracultura artística en la prisión, etc). Filmé el concierto además de recoger los testimonios de Redolés y los artistas presentes en el recinto, como Eduardo Gatti, Max Berrú, Perrosky, Clarita Parra, entre otros. Elegí como título de la obra: “Redolés, Volver a los 21. Las Hebras de un Poeta”.

Al solicitar permiso a la Fundación Violeta Parra para utilizar el tema “Que Pena Siente el Alma” en la película, Isabel Parra, directora de la fundación, cuestionó, en primera instancia, el título del filme, “Redolés, volver a los 21. Las Hebras de un Poeta”. El cuestionamiento surgió a partir de la intertextualidad que el título tiene con la canción de Violeta Parra “Volver a los 17”.

En mi entender, la frase “Volver a los 21”– frase que expresa un concepto de regreso al pasado, y que adquiere su propio significado como título del documental – es eso, un juego alusivo (intertextualidad), y no violenta en ningún caso, los derechos de autor. Pensé, más bien, incluir esta frase como un homenaje a Violeta Parra, cuyas canciones acompañaron lealmente a los presos políticos y a las presas políticas de la dictadura, quienes estaban en prisión, justamente, por haber compartido, en los hechos, un destino rebelde como el de Violeta Parra. Creo que doña Isabel Parra no entendió esa intención y creyó ver en este gesto o idea, un deseo de apropiarnos de la obra de Violeta Parra o de equiparar a Mauricio Redolés con Violeta Parra. Nada más lejano de eso.

Dada nuestra insistencia en acceder a los derechos del uso del tema “Que Pena Siente el Alma”, doña Isabel Parra nos condicionó a modificar el título de la obra, a convenir un pago de una suma de dinero y a definir un número limitado de copias a publicarse del documental, exigencias que no comparto. Este documental tiene un sentido histórico, social y cultural; todos quienes en él han participado y colaborado lo han hecho así, generosamente y en concordancia con tal espíritu. Atendiendo a la naturaleza de este proceso, creo que no corresponde incorporar dinámicas ajenas al espíritu del mismo.

Por lo tanto y en consecuencia he decidido mantener la frase cuestionada dentro del título de este documental, en justo homenaje a Violeta Parra, ya que no se viola ningún derecho, y no contar con el tema “Que Pena Siente el Alma”, dentro de la película.