Avisos Legales
Opinión

La Democracia Cristiana y el rechazo por conveniencia al autoritarismo

Por: Tomás Manuel Fábrega | Publicado: 21.05.2017
La Democracia Cristiana y el rechazo por conveniencia al autoritarismo dc | Foto: Agencia Uno
La DC exige con ahínco críticas hacia las prácticas autoritarias en Cuba y en Venezuela, pero nadie nunca les ha exigido que se pronuncien acerca de las violaciones reiteradas en gobiernos vinculados a la Internacional Demócrata de Centro.

La Democracia Cristiana ha abandonado la acción de realizar primarias con sus actuales socios de coalición en el gobierno de Michelle Bachelet. El distanciamiento de la DC ha sido palpable durante toda la administración bacheletista, sin embargo, hasta el sábado 29 de abril solamente se conocían quejas a través de palabras y desde esa fecha se ha concretado la auto-marginalización de la DC. Los argumentos que uno visualiza con mayor reiteración por parte de la DC es que sufrían bullying político dentro de la coalición, que ésta de proyectarse debiese tener presente mayores consonancias programáticas, y que las y los demócratas cristianos no pueden estar en una coalición en donde no todos los integrantes concuerden con el respeto de los derechos humanos y los sistemas democráticos en cualquier lugar del orbe.

Hasta ahí todo suena muy lindo y romántico. Lo anterior para más de algunos debe representar una esperanza, que haya una organización que pueda salir inmune ante una eventual acusación de falta de ética política en cualquier sitio dentro del concierto internacional es, sin duda, algo notable. Muy a pesar de lo anterior, nosotros postulamos que la DC defiende a los DDHH siempre y cuando no sean violentados en países donde prepondera el sistema capitalista neoliberal o dicho de otra manera, mientras no sean violentados en países donde gobiernan sus aliados ¿Por qué decimos esto? Es preciso señalar qué violaciones a los DDHH no solo suceden en países como Venezuela y como Cuba (donde la DC le exige reproche a los demás), también persisten en países como España y México. En el primer caso el símil español de la Democracia Cristiana (el Partido Popular) está gobernando y en el caso mexicano quienes ostentan la franquicia humanista cristiana (Partido Acción Nacional) en México se encuentran co-gobernando el país y lo gobernaron durante los años 2000-2012, en ambos países observamos que democracia no es más que una cáscara vacía.

Hasta cierto punto uno puede entender lo denunciado por Mónica Rincón en la editorial de CNN prime el 12 de mayo cuando criticaba el silencio transversal de los partidos políticos chilenos frente al gobierno chino, aludiendo a que como hay negocios de por medio, todos los partidos y todas las organizaciones políticas de Chile callan ante China, lo que resultaría una incoherencia cuando en otras latitudes del mundo se clama y se chillan en honor al respeto de las libertades. Digo que se puede entender porque, lamentablemente, las realidades de Oriente se juzgan con indiferencia desde Chile y desde Occidente, esto es materias de derechos humanos y el respeto de los principios democráticos, como en cualquier otro tema. Cuando ocurren tragedias en Bagdad, Trípoli o Kabul la reacción de la mayor parte de la gente (gracias también a los vicios de los medios de comunicación) es distante y displicente en comparación con las conmociones que generan los pesares sufridos en países de la Europa Occidental. Sin embargo, lo que resulta difícil de comprender es que la DC no sólo se silencia ante China, sino que calla ante violaciones a los derechos humanos cometidos ante hermanas y hermanos latinoamericanos e hispanoamericanos.

España es un país en donde realizar un tuit contra el monarca es un acto que te puede llevar al presidio, es un país donde predomina la Ley Mordaza, es una nación con un bipartidismo tal que el sistema electoral no tiene las implicancias del voto universal directo. Incluso podría decirse más, España no es una única nación, es un Estado que no deja que otras naciones como la catalana y la vasca se independicen. México es un país en donde los dos últimos gobernantes son acusados de llegar al poder vía fraude electoral, asimismo, están acusados de estar implicación en la desaparición y en el aniquilamiento de decenas de ciudadanos mexicanos. Esto es si nos interesamos en un México en el sentido global, porque de adentrarnos en cada una de sus regiones internas veremos como el PAN mexicano ha creado y cuidado a verdaderos mafiosos locales.

Más de alguno podría decirnos que el internacionalismo de los partidos es algo que se quedó en el siglo XX y que hoy los partidos políticos están enfocados en su propio país, ante esto ¿cuáles son nuestras pruebas? La afiliación del Partido Demócrata Cristiano de Chile en la Internacional Demócrata de Centro, la constante invitación a seminarios internacionales organizados por el PDC de Chile a representantes del Partido Popular español y el Partido Acción Nacional mexicano y la omisión a criticar a dichos regímenes. Por lo demás, una agravante: Felipe Calderón Hinojosa, presidente mexicano entre 2006 y 2012, está acusado de llegar al poder con fraude y de iniciar la Guerra contra el Terrorismo en México (llevándose consigo la vida de decenas miles de civiles inocentes), fue invitado y ovacionado en el Encuentro Internacional Osvaldo Payá 2015 en Santiago de Chile, yo lo pude ver en primera persona, ya que acompañé a un tío cercano a la DC que expuso en dicho evento.

Además, nunca está de más realizar una revisión histórica. A la fecha es el turno de los países señalados vivir en carne propia la falta de criterio de los humanistas cristianos una vez que están en el poder ejecutivo y no en el control mediático de la discusión pública, pero antes hubo otros. Pongamos por caso a Colombia y a Bolivia, en el primer país la filial de la DC colombiana, el espacio colombiano en donde supuestamente debiesen militar Carolina Goic, Gutenberg Martínez, Mariana Aylwin, Jorge Burgos, Mario Fernández, entre otros, gobernó de la mano de Álvaro Uribe Vélez, expresidente colombiano encargado de exacerbar y polarizar los años de guerra interna que padeció el país hermano. En Bolivia, país que lo asuman o no sus adversarios, antes de la presidencia Evo Morales era un país con los indicadores sociales y económicos de un Haití en Sudamérica, el país por lejos más empobrecido del continente, estuvo comandando entre los años 2001 y 2002 por Jorge Quiroga, antiguo militante de la PDC boliviana, quien fuera nuevamente apoyado por dicho partido en su aventura electoral del 2014. Este personaje fue vicepresidente del antiguo dictador de la década de los ’70 Hugo Bánzer cuando éste se presentó a las elecciones culminando la década de los ’90 y en dicho cargo fue responsable de las más grandes represiones a los movimientos sociales bolivianos.

Nada especial me une contra la Democracia Cristiana, es más, soy hijo y nieto de familia totalmente demócrata cristiana, me niego a pensar que este es un ejercicio de matar a los padres, porque de hecho de las mejores personas con las que he convivido y de las que he aprendido, han sido militantes de este partido. Este artículo estuvo dirigido hacia la DC ya que visualizo una contradicción y una incongruencia evidente que he visto escasamente denunciada. Por otra parte, la derecha chilena fue cómplice de la violación de los principios democráticos y los derechos humanos en nuestro propio país, por tanto, aunque le son reprochables las mismas actitudes de la DC en el exterior, de ellos ya nada puede llamarnos a sorpresa. Además, ante el incipiente conglomerado político y social anti neoliberal, el Frente Amplio, se descargarán todas las propagandas acerca de Venezuela y Cuba, la internacionalización del debate político chileno no es algo nuevo, la historiadora Verónica Valdivia en su libro Nacionales y gremialistas nos recuerda que este asunto era un ejercicio constante de los sectores conservadores y de centro durante el siglo XX. Ante esto, como militante del Frente Amplio pienso que debemos prepararnos ante la permanente huidas hacia las realidades cubanas y venezolanas, y quién sabe las quizás norcoreanas también, que padecerán nuestros debates políticos, al menos, de aquí hasta fin de año.

La DC exige con ahínco críticas hacia las prácticas autoritarias en Cuba y en Venezuela, pero nadie nunca les ha exigido que se pronuncien acerca de las violaciones reiteradas en los países señalados. Probablemente sea verdad que no todos los demócratas cristianos son cómplices pasivos de la violación de los postulados mínimos democráticos en España y en México, pero también es cierto, que uno esperaría resoluciones oficiales de la DC sobre el tema. Ante una Democracia Cristiana que ve su potencial diferenciador su carácter puro en la aplicación de arbitrariedades que involucren una violación tanto de los derechos humanos como al sistema democrático, frente a un partido auto ungido como árbitro de la política chilena, frente a un partido que lleva a la pizarra a todos los demás, hay que entrar en el debate, tomar posición en el mapa que colocan en cada discusión e interpelarlos con otros países, exigir una mínima coherencia. Todo parece indicar que hasta ahora vía amistades, distintos métodos de colaboración internacional y silencios, el Partido Demócrata Cristiano de Chile es cómplice de la violación de los principios democráticos y de los derechos humanos tanto en España, como en China y México.

 

Tomás Manuel Fábrega