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Opinión

La construcción de imaginarios negativos de la población migrante

Por: Valeska Madriaga Flores | Publicado: 11.01.2018
La construcción de imaginarios negativos de la población migrante Foto: Agencia Uno. | Foto: Agencia Uno.
La apuesta por programas de reportajes en la TV abierta, que involucran la temática migrante («Alerta Máxima» de CHV y «Adiós Haití» de Canal 13, ambos del lunes 8 de enero), instala una forma de ver y asimilar el fenómeno que mayor fuerza ha tenido en Chile estos últimos años

Para nadie es un secreto la propiedad de los grandes medios de comunicación en Chile.  Desde estos grupos económicos se edita y se intenciona la información que se entrega y las líneas centrales que van dibujando un imaginario en la población respecto de los temas de interés de los grandes capitales. Las migraciones se han vuelto una temática de interés para estos medios, en tanto van reconfigurando tanto la composición cultural, como de capitales en Chile. Los procesos de segregación urbana, escolar, de salud, se ven marcados por una nueva población que llega para quedarse. La situación de inserción e inclusión de poblaciones cada vez mayores de extranjeros en nuestro país, ponen en jaque las bases normativas y de convivencia. Del mismo modo, van generando nuevas formas de inserción laboral y de sobrevivencia. Todas estas situaciones redundan en espacios de informalidad o de formalidad tensionada; debido a la mirada negacionista que hemos cultivado.

La apuesta por programas de reportajes en la TV abierta, que involucran la temática migrante («Alerta Máxima» de CHV y «Adiós Haití» de Canal 13, ambos del lunes 8 de enero), instala una forma de ver y asimilar el fenómeno que mayor fuerza ha tenido en Chile estos últimos años. Asociar la migración a la pobreza y al contrabando nos hace un mal favor. Chile ya es un país de economía abierta sin mayores regulaciones, pero con una política de fronteras cerradas. Esa paradoja no se muestra en estos programas. En ellos se subvalora el aporte que la población extranjera hace a nuestra cultura y nuestra economía. Trata el fenómeno como algo particular e inusual, incluso indeseable; cuando las migraciones son una situación que ha estado presente en nuestras sociedades desde hace ya muchas décadas.

Es de nuestro interés que tanto las autoridades encargadas de velar por la objetividad de los medios de comunicación, como la población migrante y promigrante organizada en Chile, comencemos una labor de revisión y análisis de los mensajes que estamos entregando en la televisión abierta y los medios escritos de distribución nacional. Los mensajes a través de la prensa en este tema, deben tener una mirada más objetiva, que se haga cargo de las contradicciones que tenemos como país para enfrentar este fenómeno.

El resguardo y la garantía de derechos en Chile no debe ser soslayada. Las migraciones nos ponen ante el bonito desafío de ampliar nuestra mirada del mundo, conocer otras formas de vida (desde la alimentación hasta la educación, entre otros), acercar el mundo a esta pequeña «isla» rodeada de montañas y mar. Chile debe ser un país de acogida y debe considerar tanto en su legislación como en los mensajes que se entregan en los medios de comunicación, una mirada actualizada que nos permita reconocernos en la diversidad de un mundo cada día más cercano.

Valeska Madriaga Flores