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Opinión

Alessandri (dice que) responde el petitorio

Por: Irací Hassler | Publicado: 03.07.2019
Alessandri (dice que) responde el petitorio Felipe Alessandri | Foto: Agencia Uno
Como concejala, la semana pasada recibí junto a su madre, a una niña de 14 años, estudiante del Liceo 1 que, sin cometer delitos, estando en la vereda, fue golpeada por Carabineros. Estos son los resultados de la política represiva que prima estos años en la comuna. ¿Empatiza el Alcalde o alguien con esa hija y esa madre?

En su primer día de clases en el Liceo 1, tuve la alegría de acompañar a Arlén, la primera chica trans reconocida con su género femenino para ingresar a este emblemático establecimiento “de niñas”. Su admisión fue la conquista de una bella lucha, ante la negativa inicial del municipio de Santiago.

Mientras caminaba al establecimiento, antes que a Arlén o a alguna de sus compañeras, me encontré con dos piquetes y un guanaco de Fuerzas Especiales de Carabineros, esperándolas. Este ha sido el cariz represivo de las políticas educacionales bajo la actual administración municipal.

La primera medida del alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, en el ámbito de la educación, fue la popular/populista medida del “rompe-paga”. Suena de sentido común, pero esta relación que parece tan directa y obvia nunca se dio en la práctica: más bien fue un mensaje dirigido a los padres y madres de las y los dirigentes estudiantiles, a quienes se les amenazó con que tendrían que pagar, de su bolsillo, los daños ocasionados por las protestas. Pero en vez de eso, esta mediática política significó la salida anticipada y “voluntaria” de estos/as estudiantes. “Que Camila Vallejo pague los destrozos de las marchas”, ¿les suena? Lo mismo, pero amedrentando a niñas, niños y adolescentes.

Hoy, los estudiantes del Instituto Nacional nuevamente se manifiestan, expresando claramente sus prioridades, como explica Rodrigo Pérez, presidente del Centro de Estudiantes. En primer lugar, buscan modificar la malla curricular promoviendo una educación integral y que se haga cargo de la salud mental de la juventud.

Además, persiguen cambiar el sistema de financiamiento y mejorar la infraestructura (chiste repetido). Recuerdo la astucia de la CONES, que logró incorporar esta última demanda como indicación en la Ley de Inclusión, hasta con los votos de aquellos que decían que era inconstitucional ¿No debiera ser inconstitucional tener los establecimientos educacionales en pésimas condiciones?

En tercer lugar, los y las estudiantes exigen frenar la criminalización y el abuso policial contra las comunidades educativas que, por cierto, incluyen a niños, niñas y adolescentes. Sí, esos mismos que para el gobierno estaban “primero”.

Personalmente, tuve la suerte de estudiar en una sala de clases donde no había ratones ni se pasaba frío. Obviamente esto tampoco ocurría en el colegio donde estudió el alcalde Alessandri. Al ver estos contrastes, me pregunto, ¿cuántos millones invertidos en el Nido de Águilas y no logran fomentar ni un poco de empatía ante la injusta realidad de otras comunidades educativas?

Sin embargo, si acude a la citación que ha hecho para hoy el Congreso, a una sesión conjunta “con el objeto de analizar los graves hechos que se han sucedido en el Instituto Nacional”, Alessandri dirá que responde el petitorio.

Como vemos, el dinero no lo es todo. En Santiago la infraestructura educacional ES precaria, hecho innegable e inaceptable. Existe un abandono evidente e histórico de la educación pública. P la infraestructura no es lo único precario. Cuando Alejandro Zambra, refiriéndose al Instituto Nacional, dice “nos llamaban por el número de la lista”, aún no sé si es figurativo o literal, pero calza. La presión, la competencia, el exitismo y su contraparte, la frustración y el miedo que se generan, son el pan de cada día de una comunidad fragmentada.

Lo positivo es que los estudiantes están conscientes de esta situación. Se trata de jóvenes brillantes que se dan cuenta y ante la adversidad levantan creatividad, semilla transformadora de la educación pública de este país. Los/as jóvenes organizados/as reflexionan y exponen con claridad sus demandas. Lo dicen a gritos, es el grito común de la educación municipalizada.

Alessandri, no obstante, asegura que responde al petitorio. Para cada tema hay una respuesta que pareciera sacada de un libreto preestablecido: “se constituirá una mesa técnica pedagógica”.

Mientras tanto, la contestación real a la primera demanda estudiantil es quitar la obligatoriedad de las asignaturas de Historia y de Educación Física, e impulsar el sistema de Admisión (in)Justa, que reinstala la selección y retrocede en inclusión.

Respecto a la exigencia de frenar la criminalización, la decisión de la autoridad política es, justamente, aumentar la persecución y las medidas punitivas antes que educativas. Al ya mencionado “rompe-paga” se suma “Aula Segura” de la mano de la ministra Cubillos y, con ello, una ola de expulsiones sin siquiera establecer un debido proceso. Las autoridades,  estigmatizan como “delincuentes” y “terroristas” a 4.200 estudiantes solo en el Instituto Nacional, a quienes se suman otros establecimientos.

Quisiera agregar un ejemplo. Como concejala, la semana pasada recibí junto a su madre, a una niña de 14 años, estudiante del Liceo 1 que, sin cometer delitos, estando en la vereda, fue golpeada por Carabineros. Estos son los resultados de la política represiva que prima estos años en la comuna. ¿Empatiza el Alcalde o alguien con esa hija y esa madre?

Hay grupos radicales que han arrojado bombas molotov, poniéndose en riesgo a sí mismos y a la comunidad, acciones que hemos condenado de conjunto como Concejo Municipal. Los/as propios/as estudiantes las han rechazado, ya que solo provocan que las legítimas demandas pasen a segundo plano y sean aprovechadas por las actuales autoridades comunales, a la vez que profundizan un clima de violencia. Basta recordar lo ocurrido en el Liceo Amunátegui: ¡con el incendio de UNA sala lograron justificar el cierre de todo el establecimiento! Pero no nos engañemos. Las medidas punitivas no apuntan a la mejor convivencia de las comunidades, sino a reforzar un discurso “del orden y la mano dura”, que en la práctica solo promueve el caos y la precariedad, con recuerdos que cierto sector político añora. En esa nostalgia se entusiasman incluso con el toque de queda, y si no es para toda la población ¡que sea por lo menos para los niños!

Alessandri “dice” que responde el petitorio. Respecto a la demanda por financiamiento, el Gobierno no escucha y el Alcalde reduce en dos años 1.740 millones de pesos del presupuesto a educación; junto a la reducción de horas y despido de dirigentes gremiales de profesores/as. “Obras son amores y no buenas razones”.

Alessandri “responde” el petitorio, pero con letras muertas de hombre calculador, ante el grito de una juventud que no permite le arrebaten la esperanza. Responde de la forma que critica, ideológicamente; con la ideología del desprecio a lo público y de quienes usan el orden para imponer el miedo. En este contexto, las y los estudiantes, así como las y los profesores, las comunidades, se levantan una y mil veces con la convicción de que el sueño de la educación pública será realidad.

Irací Hassler