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Opinión

Mambo: el estilo de la pobla del que se habla poco

Por: Fabrizio Guzmán | Publicado: 25.02.2020
Mambo: el estilo de la pobla del que se habla poco yiordano |
El mambo está siendo quizás en Chile lo que fue la Cumbia Villera en Argentina en los 90-2000. Un estilo musical único, propio, real, auténtico, popular, pero que, a diferencia del país vecino, aquí se prefiere mantener y empujar de vuelta hacia su esfera social solamente, se hace pasar inadvertido, no se realza, se marginaliza y tal vez se espera pacientemente a que muera como una moda más.

Si yo les pregunto ¿a quién conocen de estas dos personas? ¿a Francisca Valenzuela o a Black Roy? Probablemente la respuesta es a la primera, sin embargo, por ejemplo, el último video musical de Black Roy (de hace dos meses) tiene 6.2 millones de visitas hasta hora, mientras que el último de Fran Valenzuela, de hace 1 mes, tiene 988 mil reproducciones.

Francisca Valenzuela se repite el plato y estará nuevamente en el Festival de Viña del Mar (la última vez fue en 2013). Tiene una trayectoria de más de una década, ha estado en Lollapalooza, se ha presentado fuera del país, tiene sello discográfico, en fin. Ella es solo un ejemplo. Mientras, pasando casi inadvertido, no sólo Black Roy, sino que también exponentes como Bayron Fire, Carlitos Junior, Yohancito, Adan La Amenaza, los niños Yiordano Ignacio o Yordano El Menor, entre varios otros, acumulan millones y millones de visitas en YouTube.

Es sorpresivo cómo el llamado “mambo” ha tomado una fuerza imperiosa y sostenida en la escena musical chilena y, a pesar de esto, los medios de comunicación tradicional ni siquiera demuestran un interés por este estilo musical que mueve masas importantes de personas.

¿Cuál es la razón? La respuesta parece evidente: el mambo y sus exponentes son flaites. Declarados y orgullosos de su origen, hablan sobre “panas” presos, de balaceras en el barrio, de jóvenes amigos muertos en el cementerio, de familias rotas, de una niñez casi adulta, o de dignidad en las acciones que “les tocó vivir”. Cada mambo que suena es un verdadero himno hacia el día a día de millones de personas que viven submarinadas entre calles estrechas, casas pareadas, hacinamiento, y basurales improvisados cada dos esquinas. Esta vez, ser flaite ya no es solamente ser delincuente, o ser traficante, esta vez es ser además parte de todo lo que implica ese contexto, entenderlo, abrazarlo y clamarlo.

Pero estos flaites no son como aquellos flaites que sí son mediáticamente aceptados, porque al parecer hay dos categorías, los que hacen música para todas las clases, y los que le hablan sólo a su gente.  La Princesa Alba, Polimá Westcoast, Young Cister, Ceaese o Santa Feria, son, por ejemplo, gente que se ha declarado en su discurso como flaites o de origen humilde, pero que sí han logrado ser aceptados, que sí tienen contratos con sellos, son promocionados en los canales principales de streaming, y suenan en las radios. Pablo Chill-E es quizás el único exponente que transita por ambos mundos, y es quien ha logrado reivindicar el orgullo flaite más allá de la pobla.

Pero al parecer en Chile, la gran diferencia la hacen las letras: aquellas letras explícitas, o, más que eso, las líricas que hablan de una clase social baja que comprende su realidad, donde el arribismo de clase desaparece y se reproduce un eco sobre la dignidad, sobre el hacer lo que cabe hacer para subsistir, responde a una rebeldía hacia el sistema desde el mismo sistema y su más profundo sentido. Son personas que ven valor a tener un auto caro, ropa cara, cadenas de oro, o a surgir en base a la ostentación. En la pobla, en el mambo, se ve un fenómeno donde al capitalismo le explota en la cara su sentido de competitividad y hoy aparece una clase baja que tiene hambre de todo y, más poderoso que eso, tiene la música e internet como la punta de lanza hacia la expansión de su discurso.

El mambo está siendo quizás en Chile lo que fue la Cumbia Villera en Argentina en los 90-2000. Un estilo musical único, propio, real, auténtico, popular, pero que, a diferencia del país vecino, aquí se prefiere mantener y empujar de vuelta hacia su esfera social solamente, se hace pasar inadvertido, no se realza, se marginaliza y tal vez se espera pacientemente a que muera como una moda más.

El estallido del mambo, coincidentemente, empieza a tomar fuerzas sólo meses antes del estallido social del 18-O. La conexión es innegablemente estrecha. Los flaites tienen hambre de recuperar lo perdido, sin una lógica política, lejos de una lógica de izquierda, pero que tiene una fuerza que está saltando al plano artístico, con cada día más exponentes que dignifican a una clase social por décadas mal vista.

La revolución del mambo es el megáfono hacia la verdadera revolución flaite, esa que busca el respeto, la dignidad y la igualdad de oportunidades.

Canciones sugeridas:

Dele Cotelé REMIX – Adan La Amenaza x Yohancito x Forest x Black Roy x Carlitos Junior x Anonimous King x Yordano El Menor.

Desacatao REMIX – Black Roy x Carlitos Junior x Yiordano Ignacio

Mambo para los Presos – Yiordano Ignacio x Bayron Fire

La Estrella del Barrio – Carlitos Junior

 

Fabrizio Guzmán